El presidente del Banco de Desarrollo Económico para Puerto Rico (BDE), Luis Alemañy reveló hoy el último informe del Centro de Estudios Económicos del BDE que valida que la perspectiva inflacionaria en los Estados Unidos es cónsona con el aumento en los precios que perciben los consumidores locales en Puerto Rico.
“La perspectiva inflacionaria en los Estados Unidos presenta un ritmo cónsono con el aumento en los precios que notan los consumidores de la Isla en algunos productos.”, dijo el financiero acompañado de los economistas del BDE, Gladys Medina y Juan Carlos González Ruiz.
“Desde el punto más bajo que se registró en junio del año pasado (-1.7%), la tasa de inflación en Puerto Rico ha mantenido un ritmo de crecimiento ascendente, alcanzado 3.3% en agosto de 2021. Para septiembre de 2021, la inflación en Estados Unidos se encuentra en 5.4% según el índice de precios al consumidor y en 8.6% de acuerdo con el índice de precios del productor. El Sistema de la Reserva Federal (Fed), que es el banco central encargado de establecer la política monetaria de los Estados Unidos, mantiene como metas alcanzar el empleo máximo y mantener la tasa de inflación nacional en 2%. La Fed estimó que la inflación promediará 4.2% al cierre de este año y que se reducirá a 2.2% el año que viene. La subida se debe a varios factores como interrupciones y embotellamientos en las cadenas de suministros, que han limitado la oferta de algunos productos y servicios. También por aumentos en la demanda según las restricciones impuestas para manejar la pandemia se moderan y los indicadores de actividad económica y empleo mejoran”, explicó Alemañy.
La inflación es la tendencia que tienen los precios de los bienes y servicios de subir a través del tiempo. Si los precios aumentan, el poder adquisitivo del dinero disminuye. “O sea, mientras más altos estén los precios, menos cosas podrán comprarse con el mismo dinero”, enfatizó la economista Medina, quien añadió que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) es un indicador que sirve como herramienta para medir los cambios en los precios que pagan los consumidores por la compra de bienes y servicios, entre dos periodos de tiempo específicos. Este grupo de artículos y servicios se conoce como la canasta de bienes y servicios.
La División de Coste de Vida del Negociado de Estadísticas del Trabajo del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos de Puerto Rico (DTRH), publica todos los meses el informe del IPC de la Isla. Asimismo, el Negociado de Estadísticas Federal, (BLS, por sus siglas en inglés) publica el IPC de Estados Unidos (EE. UU.). El BLS también es la fuente de otro indicador que se utiliza como medida de inflación a nivel nacional, conocido como el Índice de Precios del Productor (IPP). En términos generales, el IPP se diferencia del IPC en el sentido de que el primero mide los costos desde el punto de vista de las industrias productoras de bienes y servicios, mientras que el segundo mide los precios desde la perspectiva de los consumidores. En otras palabras, el IPP registra los cambios en precios según su costo de producción versus el IPC, que hace lo propio en el punto de venta, cuando el consumidor compra un bien o paga por un servicio.
Como el IPP mide los costos de producción de los que serán bienes de consumo, y conforme los precios de las materias primas, productos intermedios y de los alimentos afectan directamente el valor de los artículos que se venden al detal, se le considera un buen pre indicador, o indicador líder, de presiones inflacionarias. Los cambios en los precios a nivel de producción suelen anteceder aumentos o reducciones en el valor de lo que se consume.
“El anterior principio económico se resume en que cuando los precios de los recursos empleados en el proceso de producción aumentan, ese incremento en costos se transfiere al comercio y eventualmente al consumidor. No obstante, las fluctuaciones en los precios de producción y consumo no siempre están alineadas. Por ejemplo, aumentos o reducciones en impuestos sobre las ventas al detalle no se reflejan en los precios de producción. También, las compañías que forman parte de la cadena de distribución típicamente suscriben contratos de cobertura, o acuerdos de compra a precios predeterminados, con el fin de proteger o “cubrir” su producción de aumentos inflacionarios. Claro está, una vez vence la vigencia del contrato de cobertura, cesa la fijación de los precios”, detalló González Ruiz.
Medina dijo que la tasa de inflación en Estados Unidos según el IPC fue de 5.4% en septiembre de 2021 y de 8.6% de acuerdo con el IPP, ambas sin ajuste estacional. Es importante mencionar que ambos índices, al productor y consumidor, están siendo movidos al alza impulsados por los altos costos en energía. Siendo que, en el caso del índice de precios al productor en septiembre de 2021, los precios de la energía incrementaron en 36.3%, mientras que, para los consumidores se ha experimentado un crecimiento de 24.8% en la misma categoría. Ahora bien, cuando se experimentan aumentos significativos en los costos de energía por ser un insumo imprescindible para la sociedad, esta inflación se traslada a todos los sectores de la economía.
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), es un componente del Sistema de la Reserva Federal, que se encarga principalmente de establecer la política monetaria de Estados Unidos. Mediante el manejo de la política monetaria estadounidense, la ley habilita a la Reserva Federal a alcanzar los objetivos macroeconómicos de maximizar el empleo, estabilizar los precios y proteger el sistema financiero norteamericano. La FOMC sostiene que un nivel de inflación a largo plazo de 2% es el ideal para lograr tales propósitos.
“Aunque reconoció que el nivel de inflación es “elevado”, la FOMC acordó en su última reunión mantener las tasas de interés cercanas a cero (entre 0% y 0.25%). Tampoco implementó cambios sustanciales a la actual política monetaria, aduciendo que ello es apropiado hasta que el mercado laboral estadounidense alcance niveles consistentes con el máximo de empleo e inflación al 2%. Sin embargo, sí dejó entrever que pudiera comenzar con un ’tapering’ o reducción progresiva en la compra de bonos de deuda pública (y privada con garantías hipotecarias) a partir de noviembre o diciembre próximo, que se extendería hasta mediados de 2022”, expuso Alemañy, quien añadió que “La FOMC declaró que estiman que la inflación en EE. UU. promediará 4.2% al cierre de este año y que se reducirá a 2.2% el año que viene”.
“Cabe destacar que las tasas de interés a niveles tan bajos, las decisiones financieras, comerciales e individuales, en cuanto a ahorrar, tomar prestado e invertir, pueden incidir positivamente en la economía de la Isla. No obstante, queda por ver si los empleos que faltan por recuperar y las restricciones sobre los ingresos que ello supone, y que hacen que se destine más dinero en bienes y servicios esenciales: como comida, combustible y alojamiento, aumentan a un plazo más largo los precios dentro de dichas categorías”, mencionó Medina.
El dato preliminar del Índice de Actividad Económica del Banco de Desarrollo Económico para Puerto Rico (IAE-BDE) presenta un crecimiento interanual de 3.4% y de 0.3% al compararlo contra el mes anterior. El empleo asalariado no-agrícola recuperó 88,600 empleos desde su punto más bajo registrado en abril de 2020, con 854,100 personas empleadas en agosto. Para ese mismo mes, la tasa de desempleo es de 9.1% y la inflación está en 3.3%, o 0.4% más elevada que en julio de este año.
“Sin embargo, a más de año y medio de que se establecieran las medidas más estrictas que se aplicaron para controlar los contagios por COVID-19, es recomendable que las comparaciones interanuales se analicen teniendo en cuenta que se hacen contra un periodo irregular, que no va a regirse bajo los mismos factores estacionales de otros años”, distinguió Alemañy.
Según el informe del Centro de Estudios Económicos del BDE: “la reactivación de la actividad económica y aumento en el consumo de bienes y servicios animó sectores industriales que previamente estuvieron restringidos, como los relacionados al turismo, comida y bebida, ocio y entretenimiento. Dicho aumento en la demanda desbalanceó la capacidad que este tipo de comercio podía ofrecer, incluyendo, pero sin limitarse a dificultades en el reclutamiento de su fuerza laboral. Lo cual, a su vez, ha llevado a patronos a ofrecer paquetes de incentivos más atractivos y salarios superiores a los que había previos a la pandemia. Estos aumentos en costos se traducen a precios más altos, que a su vez terminan asumiendo aquellos consumidores que optan por pagarlos”.
Puede acceder información sobre el BDE, sus Productos y Servicios, y otra información económica a través del portal: www.bde.pr.gov. Los archivos de series temporales y los resúmenes de indicadores económicos se actualizan bisemanalmente, aunque ello depende de la fecha efectiva de divulgación de cada fuente primaria. El informe del Índice de Actividad Económica (IAE-BDE) se publica todos los meses y el Compendio de Datos de Puerto Rico una vez al año.