David Cohen ha estado ansiando un regreso a los días cuando los negocios prosperaban en la tienda de recuerdos de su familia en Times Square.
Aunque los turistas han comenzado a regresar, el tráfico peatonal aún no es lo que era antes de la pandemia de coronavirus, cuando hordas de visitantes se amontonaban bajo las vallas eléctricas fuera de su tienda.
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Pero el retorno gradual de los turistas a un lugar conocido popularmente como la intersección del mundo pudiera ayudar a acelerar la recuperación de negocios pequeños como el suyo —muchos de ellos tiendas familiares— que colectivamente emplean a miles de personas y sirven como uno de los motores económicos más importantes en la ciudad de Nueva York.
“Los recibimos con los brazos abiertos ”, dijo Cohen luego de que Estados Unidos comenzó este mes a permitir el ingreso de viajeros internacionales vacunados. “Nos queda un largo camino por recorrer”.
Times Square ha sido desde hace mucho un símbolo del ajetreo de Nueva York, pero cuando los teatros en Broadway cerraron sus puertas y la ciudad se volvió el epicentro de la pandemia en el mundo, 9 de cada 10 negocios en el área debieron cerrar, de acuerdo con un grupo del distrito, The Times Square Alliance.
“Nosotros realmente fuimos un símbolo de la pandemia y la pausa en el mundo”, dijo Tom Harris, presidente de la organización.
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Tres cuartas partes de los negocios del área ya han reabierto sus puertas, poco a poco, con los espectáculos de Broadway comenzando de nuevo, para sólo para espectadores vacunados.
Entre quienes han reabierto están los negocios que no atienden directamente a los turistas, sino que son parte del ecosistema de espectáculos en la ciudad.
El negocio de reparación de calzado Sam Vasili’s Shoe Repair reabrió el mes pasado frente al Gershwin Theater, en la calle 51, donde operado desde hace tres décadas.
El dueño, Sam Smolyar, era todo sonrisas en una tarde reciente al compartir la noticia de que una producción en Broadway a punto de reabrir había solicitado su ayuda. Durante años, su negocio de reparación de calzado ha provisto botas a medida a las Rockettes. “Nosotros dependemos del teatro, de los negocios aquí”, dijo.
Espera que más personas comprando boletos en Broadway lleve a más negocios para su tienda.
“Empieza a mejorar”, dijo Vasili, que tiene tres empleados.
Justo antes del estallido de la pandemia de coronavirus, la ciudad de Nueva York estaba registrando números récord de turistas: 66,6 millones en 2018, de los cuales 13,5 millones fueron extranjeros. Entonces la pandemia forzó restricciones severas a los viajes.
Un bombardeo de publicidad ha estado en curso desde hace meses para recodarles a los estadounidenses que la ciudad de Nueva York está abierta de nuevo para los negocios y lista para recibir visitantes. Ahora la ciudad ha expandido su campaña de promoción a quienes están fuera de Estados Unidos, que son especialmente codiciados porque gastan más tiempo y dinero en sus visitas.
Aunque los viajes nacionales representaron 80% de los visitantes, los turistas extranjeros representan aproximadamente la mitad de los gastos del turismo en la ciudad y usualmente la mitad de las reservaciones en hoteles.
Harris, de la Times Square Alliance, dijo que el distrito ya se está recuperando. Desde mayo, dijo, el número de peatones contados en algunos sitios ha crecido de 150.000 diarios a hasta 250.000, pero aún mucho menos de los aproximadamente 365.000 que caminaban las calles del área antes de la pandemia.
“Entre la reapertura de Broadway y el regreso de los turistas internacionales”, dijo Harris, “realmente esperamos superar esos números prepandemia antes de lo que muchos pronostican”.
Entre los turistas que regresan están personas como Marina Galán, que miraba Times Square desde las gradas bajo una cascada de luces. Ella y sus amigos viajaron a Nueva York desde Madrid en el primer día que las fronteras estadounidenses fueron reabiertas a los extranjeros vacunados.
“Cuando regresas a Nueva York, esto es lo que quieres ver”, dijo. “Todo está regresando a la normalidad”.
Su amigo Pablo León dijo que estaba deseoso de regresar. Se arriesgaron en marzo pasado cuando compraron boletos para el musical de Broadway Hadestown, pese a no saber cuándo podrían viajar a Estados Unidos.
”Ése fue un riesgo porque compramos los boletos para esta noche, sin saber si podríamos venir”, dijo León.
NYC & Company, la agencia de turismo de la ciudad, está gastando millones de dólares en el extranjero para atraer a los turistas. Proyecta que habrá 2,8 millones de visitantes extranjeros para el final del año, una fracción de los 13,5 millones que visitaron la ciudad en 2019. Con las fronteras reabiertas, los funcionarios esperan que el número de visitantes suba constantemente en los próximos años y llegue de nuevo a niveles récord en los próximos cuatro años.
“Esperamos hacer todo lo posible para acelerar ese proceso”, dijo Chris Heywood, vicepresidente ejecutivo de la agencia.
La campaña se centró inicialmente en Canadá, México, Brasil, Corea del Sur y partes de Europa, pero casi seguramente se ampliará a otros países, posiblemente a China, un mercado especialmente lucrativo porque los turistas chinos gastan mucho más que los de otras nacionalidades.
Los visitantes chinos, sin embargo, pudieran decidir quedarse en su país por ahora debido a los requerimientos de cuarentena a su regreso: al menos dos semanas.
“Los viajes diurnos y los turistas nacionales están ayudando a Broadway, los museos y los restaurantes, pero Nueva York no puede alcanzar los niveles prepandemia de visitantes hasta que el turismo internacional se recupere en pleno”, dijo el contralor del estado, Thomas P. DiNapoli. “Reabrir las fronteras de Estados Unidos es importante, pero otros factores fuera de nuestro control dificultan ver cuándo tendremos los números que teníamos antes de la pandemia”.
El regreso de las tradiciones anuales a la ciudad de Nueva York, como el Desfile de Acción de Gracias y la celebración de Año Nuevo en Times Square, pudieran atraer más visitantes.
La gobernadora de Nueva York Kathy Hochul ha anunciado una iniciativa de 450 millones de dólares para revitalizar el turismo en la ciudad.
En un día reciente, William Brownstein anunciaba boletos para un club de comedia a transeúntes que pudieran estar listos para reír luego de meses de noticias sombrías.
“Con toda la locura que ha ocurrido” —con republicanos y demócratas, con personas a favor y en contra de las vacunas— “tienes que reírte de ello”, dijo Brownstein, que regresó a trabajar en mayo, cuando los clubes de comedia recibieron autorización para reabrir.
“Creo que en la medida que pase el tiempo, vamos a ver más personas de visita”, dijo. “Va a tomar un poco de tiempo, pero van a regresar como antes”.