La portavoz del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) en la Cámara de Representantes, Mariana Nogales Molinelli propuso hoy que se investigue la construcción de un hotel en terrenos catalogados como de alto valor ecológico en Luquillo.
La Resolución de la Cámara 631 ordena a la Comisión de Desarrollo Económico, Planificación, Telecomunicaciones, Alianzas Público Privadas y Energía y a la Comisión de Recursos Naturales, Asuntos Ambientales y Reciclaje de la Cámara de Representantes a que realicen una investigación exhaustiva sobre el proceso de permisos para el hotel Fairfield Inn & Suites, sus planes de mitigación, su impacto sobre los recursos naturales, y las consecuencias de este desarrollo en la zona circundante, entre otros asuntos relevantes.
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El desarrollo está ubicado en la carretera PR-3 frente al Balneario La Monserrate y los Kioskos de Luquillo.
“Hay mucha gente preocupada y confundida con este proyecto. Primero, porque se está construyendo encima de un humedal que forma parte del Inventario de Humedales del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos y que sirve para amortiguar las inundaciones. El agua que baja de El Yunque o la que viene del mar en caso de marejadas queda almacenada ahí en lo que baja por los canales o quebradas, o se absorbe. Segundo, está en una zona identificada como inundable que también tiene limitaciones para su desarrollo y para efectos de los programas públicos de asistencia, recuperación y reconstrucción después de desastres. En un país que es el más expuesto y vulnerable a eventos extremos causados por el cambio climático, es incomprensible que permitamos la destrucción de la infraestructura natural que nos protege de inundaciones, como humedales, mangles, dunas y corales”, sostuvo la representante.
De acuerdo al Plan de Uso de Terrenos del 2015, los suelos sobre los cuales se construirá el hotel están clasificados como “SREP-E” o “Suelo Rústico Especialmente Protegido – Ecológico”. Un suelo clasificado como SREP es aquel no contemplado para uso urbano o urbanizable en un Plan Territorial, y que por su especial ubicación, topografía, valor estético, arqueológico o ecológico, recursos naturales únicos u otros atributos, se identifica como un terreno que nunca deberá utilizarse como suelo urbano. En el 2016, comenzaron los trámites para este proyecto ante las agencias pertinentes. En el 2019, se proponen nuevos Mapas de Clasificación y de Calificación en los que se modifican las categorías del suelo a “SU – Suelo Urbano” y “DTS – Desarrollo Turístico Selectivo”, respectivamente, por lo que se abrió paso a su desarrollo.
“¿Cuál es la justificación para cambiar la clasificación y la calificación de un terreno que ya se había determinado que era valioso tal como estaba? ¿Quién solicitó ese cambio? ¿Y cómo es que el Departamento de Recursos Naturales determina que no hay impacto ambiental significativo? Si los documentos ambientales se prepararon en el 2016, ¿están vigentes todavía y sobre todo después de un huracán intenso que provocó cambios en los mapas de inundaciones y en la forma de los terrenos? La Oficina de Gerencia de Permisos, la Junta de Planificación y el Departamento de Recursos Naturales tienen que responder estas preguntas”, planteó aseguró Nogales Molinelli.