Cinco estadounidenses murieron de rabia el año pasado —el mayor número en una década_, y las autoridades de salud dijeron el jueves que algunas de las personas no se dieron cuenta de que estaban infectadas o rechazaron inyecciones que les habrían salvado la vida.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dieron a conocer un informe sobre tres de las muertes, todas derivadas de contactos con murciélagos. Funcionarios de la agencia dijeron que los fallecimientos fueron trágicos y podrían haberse evitado.
En un caso, un hombre de 80 años de Illinois se negó a recibir las inyecciones que lo habrían curado debido a un arraigado temor a las vacunas. Un hombre de Idaho y un niño de Texas no recibieron las inyecciones debido a una creencia de que no las requerían porque ninguna mordida ni arañazo de murciélago les abrió la piel.
En los tres casos, las personas “trivializaron la exposición (a los murciélagos) o no reconocieron la gravedad de la rabia”, dijo Ryan Wallace, un experto en esta enfermedad de los CDC que es coautor del reporte.
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Antes de esos tres fallecimientos en 2021 ocurrieron otros dos previamente en el mismo año. Uno fue el de un hombre de Minnesota mordido por un murciélago. El individuo recibió las inyecciones, pero un problema no diagnosticado de su sistema inmunológico obstaculizó su eficacia, dijeron funcionarios de los CDC. La otra víctima fue mordida por un perro rabioso cuando visitaba Filipinas y murió en Nueva York a su regreso a Estados Unidos.
La rabia es causada por un virus que invade el sistema nervioso central y suele ser letal en animales y humanos. Principalmente se transmite a través de la mordida de un animal infectado. La mayoría de los casos en Estados Unidos en años recientes han sido atribuidos a encuentros con murciélagos.
La infección puede provocar insomnio, ansiedad, confusión, parálisis, salivación, alucinaciones, dificultad para tragar y temor al agua.
La muerte puede sobrevenir en sólo un par de semanas tras la aparición de los síntomas, pero puede evitarse con una serie de cinco inyecciones aplicadas en un lapso de dos semanas a partir del día en que ocurrió la exposición al virus.
Aproximadamente 60.000 estadounidenses reciben tratamiento cada año tras una posible exposición a la rabia, señalan los CDC.
En 2019 y 2020 no se reportó ningún fallecimiento por esta enfermedad en Estados Unidos. La última vez que se reportaron cinco muertes por rabia en el país fue en 2011, añadió la agencia.