Esta triste historia le sucedió a una mujer identificada como Aurora Hernández, quien no sabía el motivo de porqué luego de más de un año, sus hijos no la contactaban, llegando a pensar que el problema era de su celular que no funcionaba, pero en realidad ellos no hacían contacto con ella de manera deliberada, el video se volvió viral en redes sociales.
Te recomendamos:
- Puerto Rico amanece con 28 muertes nuevas por COVID-19
- Organización de psicólogos considera demandar por incumplimiento de tarifas bajo el Plan Vital
- ¿Qué han hecho para recoger la basura los municipios que cancelaron los contratos de Waste Collection?
Ante su incertidumbre la mujer acudió a una plaza de tecnología pidiendo ayuda para ver si el problema era su teléfono, cosa que no era el caso, pero para ella era muy extraño que sus hijos no se contactaran en casi un año.
Cuando llegó a uno de los locales le explicó la situación a un joven encargado del negocio, pero este quiso aprovecharse del desconocimiento de la mujer y cobrarle mil 500 pesos por “reparar” su equipo, pero ella confesó que no tenía dinero.
Al resignarse la mujer se retiró del lugar, no sin antes ser atendida por otro joven que escuchó su historia y se dispuso a solucionar su problema sin costo alguno, solo por el hecho de ayudar.
Luego de retirarse, el joven comenzó a revisar el dispositivo y encontró que no había nada mal con el equipo, descubriendo que simplemente los hijos no habían hecho contacto con ella, por lo que de inmediato se comunicó con los hijos explicando la situación y pidiéndoles que por favor contactaran a su madre pues estaba muy angustiada.
“Me trajo un celular a arreglar que porque no funciona, lo único que quiere es hablar con ustedes, no sé si pueda hacerle ese milagro”. Les mencionó el joven.
Días después la mujer regresó por su celular, pero no lo hizo sola, porque llegó del brazo de uno de sus hijos y también con un semblante distinto al del Inicio, pues una sonrisa iluminaba su rostro porque por fin había conseguido estar y hablar con su familia.
