Tener la etiqueta de “el hombre más sucio del mundo” significa todo, menos higiene. Desde los 20 años no se baña y tiene 87. Seis décadas sin acercarse a una ducha. Es la historia real y poco pulcra de Amou Haji, un popular vagundo de Irán.
Su hogar es la calle y su salud desconcierta a los científicos con más experiencia del país islámico. Desde 2014, cuando tenía 80, su historia le ha dado la vuelta al mundo, pero los expertos de la salud tardaron casi 10 años en estudiar a Haji, explica el sitio web de Oddity Central en su reporte.
El octogenario vive en un pequeño pueblo en la provincia de Fars, en el sur de Irán, sobreviviendo con animales atropellados y agua sucia, y manteniéndose lo más lejos posible del agua del baño, pensando que lo enfermaría.
Goza de buena salud en general, a pesar de su cuestionable higiene y condiciones de vida. Los médicos confirmaron su sorprendente estado, con pocas respuestas a por qué no se ha enfermado, con su increíble forma de vida, en una época en la que las personas se bañan más de lo que deberíamos.
Incluso, el hombre ha sido tema de estado en su provincia, ya que el gobernador local hizo un llamado a las personas que lo tratan mal por sus condiciones de vida, destacando que Haji es gentil y nunca le ha hecho daño a nadie.
Las pruebas al vagabundo
Un equipo de médicos dirigido por el profesor asociado de parasitología, el doctor Gholamreza Molavi, perteneciente a la Escuela de Salud Pública de Teherán, visitó a Amou Haji en la aldea de Dejgah y lo convenció de que le permitiera realizar algunas pruebas y obtener una idea de la vida de una persona que evitó bañarse desde hace tantas décadas.
Las pruebas incluyeron análisis de hepatitis y SIDA, así como parásitos, entre otros estudios.
Molavi y su equipo estaban particularmente interesados en encontrar y estudiar los parásitos y las bacterias que podrían haberse desarrollado en su cuerpo sin bañarse, pero se sorprendieron al no encontrar ninguna bacteria o parásito causante de enfermedades, a excepción de la triquinosis, una enfermedad parasitaria causada por el consumo de carne mal cocida, pero que no le produce síntomas graves.
El descubrimiento fue particularmente impactante si se tiene en cuenta que el hombre de 87 años consume regularmente animales atropellados crudos como puercoespines y conejos, bebe agua sin tratar de charcos usando latas oxidadas sin lavar y, según los informes, fuma heces secas de animales si no tiene tabaco para su pipa.
El doctor que encabezó el estudio cree que la única explicación lógica para los resultados de la prueba es que Amou Haji ha desarrollado un sistema inmunológico enormemente fuerte durante décadas de vivir en condiciones extremadamente duras.