La economía estadounidense tuvo el año pasado su mayor crecimiento desde la presidencia de Ronald Reagan, recuperándose con fuerza de la breve pero devastadora recesión ocasionada por la pandemia del coronavirus.
El producto interno bruto del país —la producción total de sus bienes y servicios— creció en 5,7 por ciento en 2021, su mayor expansión desde la de 7,2 por ciento registrada en 1984, que también fue después de una recesión.
En el último trimestre, de octubre a diciembre, la economía tuvo un crecimiento de 6,9 por ciento comparado con el mismo período del año anterior, en momentos en que las empresas reponían sus inventarios, reportó el jueves el Departamento de Comercio.
“Esto demuestra que la economía estadounidense ha aprendido a adaptarse a las nuevas variantes y continúa produciendo”, declaró Beth Ann Bovino, economista de Standard & Poor’s Global Ratings.
Los expertos prevén, sin embargo, que este año el crecimiento será menor debido a las tendencias inflacionarias y el aumento de los casos de COVID-19. Han reducido sus pronósticos para el trimestre enero-marzo, a fin de reflejar el impacto de la variante ómicron.
El Fondo Monetario Internacional calcula que para todo 2022, la economía estadounidense tendrá un crecimiento de 4 por ciento.
Muchos negocios en Estados Unidos —especialmente restaurantes, bares, hoteles y negocios de entretenimiento— siguen presionados por ómicron, que mantiene a millones de personas en sus casas a fin de reducir las posibilidades de contagio.
El gasto del consumidor, el principal motor de la economía, podría disminuir aún más este año debido a la ausencia de subsidios públicos a la ciudadanía, que alimentaron la actividad económica en 2020 y en 2021, pero que han vencido en su mayoría.
Además, la Reserva Federal dejó claro el miércoles que piensa aumentar las tasas de interés varias veces este año a fin de combatir la mayor inflación en casi cuatro décadas. Los aumentos de las tasas limitarán el crédito y podrían aletargar a la economía.
El crecimiento económico del año pasado se vio impulsado por un aumento de 7,9 por ciento en el gasto del consumidor y un aumento de 9,5 por ciento en la inversión privada. En los últimos tres meses de 2021, el gasto del consumidor tuvo un aumento más modesto, de 3,3 por ciento, pero la inversión privada se disparó en 32 por ciento, impulsada por la compra de inventario por negocios que se apresuraban a satisfacer la demanda. El alza en los inventarios, de hecho, constituyó el 71 por ciento del crecimiento en el cuarto trimestre.