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¡Paren la Prensa! Deslices, Olvidos, Silencios y Pataletas: Política y Políticos en Puerto Rico

Colaboración del profesor e investigador de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, Eliseo Colón Zayas.

En Puerto Rico, la cobertura política se circunscribe, en gran medida, a mostrar la obviedad: los deslices, olvidos, silencios y pataletas de políticos y aspirantes a políticos. ¡Paren la prensa! Se acercan primarias y elecciones y me pregunto ante esta cobertura mediática de la política cuáles y cómo van a ser las narrativas periodísticas que nos hablen a los puertorriqueños de temas apremiantes como: economía o propuestas económicas, Puerto Rico en su relación a EE. UU., la inseguridad ciudadana, la corrupción, el desempleo, la salud, la educación, la vivienda, la pobreza, las políticas de reconocimiento e inclusión de una ciudadanía y una población plural y diversa, las infraestructuras, el gobierno y las políticas institucionales. La prensa publicará las plataformas oficiales políticos escritas por agencias de marketing, publicidad o relaciones públicas y alguno que otro comunicado de prensa oficial. Eso no es una narrativa periodística. Como decía el anuncio de Wendy’s tan políticamente incorrecto para los veganos: Where’s the beef ?

Claro, si los deslices, olvidos, silencios y pataletas son la orden del día, esos serán los temas de las portadas y las primeras páginas de la prensa en todos sus formatos. Sé que hay dignas excepciones, uno nunca debe generalizar. No obstante, el soporte de papel adora las portadas dedicadas a deslices, olvidos, silencios y pataletas. El problema con eso es que no hay cobertura política sino cobertura de las estrategias de imagen del político. ¿Debe la prensa dedicarse a cubrir la política desde las estrategias retóricas, de marketing, de publicidad, de relaciones públicas de los políticos? ¡No! El periodista tiene que sacarle la sangre al relacionista público, al publicista y al constructor de imagen. El periodista tiene que desnudar al político.

Lo primero que hay que desmontar es la estrategia de los políticos de hacer política a través de cuatro estrategias como son los deslices, los olvidos, los silencios y las pataletas. Puerto Rico vive desde hace varios años una política construida partir de esas cuatro estrategias retóricas. Recordemos que una cosa es la política y otra los políticos. En otras palabras, no es lo mismo el político que la política. Existe también lo político como concepto que se refiere a una forma filosófica de un sentido común abstracto, cuya definición requiere una reflexión extensa. En lo que se refiere a los políticos, estos son quienes ejercen la profesión de político, ya sea hombre o mujer. Político es una palabra unisex, hermafrodita, de género e identidad indecisa. Pertenece a los sustantivos epicenos en la medida en que se refiere a una persona sea femenino o masculino, el político.

La profesión del político es vitalicia para algunos en Puerto Rico. Es una forma de vivir del cuento para otros. Es una extensión de un culto fundamentalista para varios. Es una manera de robarse hasta los clavos de la cruz para los pillos aguzados. Hay también casos raros y excepcionales, son los menos, para quien acceder a la profesión de político es proponer, apoyar y crear políticas para el bienestar de sus constituyentes sin importar quién sea. En la clasificación de puestos del sector público puertorriqueño, la profesión de político tiene de las escalas más altas de retribución laboral, a pesar de que la única destreza educativa que se le exige es saber leer y escribir en inglés y español. No tienen que saber hablar ninguno de los dos idiomas sólo leer y escribir. ¡Dudo que hayan tomado algún tutorial de ciencias políticas por YouTube! Leer y escribir son habilidades que utilizan muy poco. Aunque carezcan de las destrezas lingüísticas, hablar se ha convertido en la única actividad laboral de la gran mayoría de estos profesionales, y a pesar de que en muchos son abogados, ninguno es un letrado.

Ya que hablar es la única actividad laboral de la gran mayoría de los políticos en Puerto Rico, caen siempre en las únicas estrategias retóricas que tienen al momento de intentar ejercer la política, la de los deslices, olvidos, silencios y pataletas. Al no saber cómo practicar la política, caen en esos baches de suspensión del pensamiento. No educados para el ejercicio de su profesión, piensan que la política es sólo el ejercicio de un poder vinculado al dominio y a la imposición. El poder político es para ellos dominar e imponer. Se olvidan de que la política es un gran desafío persuasivo que va cambiando de la misma forma en que los espacios públicos y privados se transforman. La política es lograr el orden y la organización de las fuerzas que constituyen las nuevas experiencias humanas de la población a través de un desafío persuasivo continuo.

En vez de orientar la política hacia una reflexión de los actores sociales, de los votantes, y de las transformaciones de los espacios públicos y privados, la política se convierte hoy en día en casi todo el mundo en un ejercicio de posicionamiento, imagen o identidad. Como aquel anuncio de la década de 1970, It’s the real thing—Coke is what the world wants today, o como fieles creyentes de la máxima del “New Age” neoliberal, Yo voy a ti, el marketing del político busca aproximarlo a los votantes desde la autenticidad de una Coca Cola y el simplismo del fundamentalismo religioso del confía en mí y te llevaré conmigo. Así, la construcción de una imagen que pretender representar la autenticidad y el simplismo del político en el Puerto Rico contemporáneo no es otra cosa que una amalgama de deslices, olvidos, silencios y pataletas.

Deslices

Los deslices se han puesto de moda entre los políticos de Puerto Rico. Está el senador que votó por una medida antiecológica y anti ambiental sin darse cuenta. También está el aspirante a gobernador que no sabe qué hacer cada vez que opina y mezcla religión y estado, yéndose del lado de la religión para promover terapias y no del lado del estado. Está otro aspirante a gobernador que llamó negritos a unos trabajadores, pero sin querer. Nos encontramos también a la aspirante a gobernadora que estuvo presente en momentos en que su madre propinaba comentarios discriminatorios a una empleada doméstica y en ningún momento tomó acciones correctivas.

Olvidos

Si bien el conjunto de deslices es interesante, el de los olvidos no se queda atrás. Por ejemplo, los olvidos de la gobernadora, quien también aspira a la gobernación, pueden convertirse en estudios de caso para una tesis sobre memoria histórica y política puertorriqueña entre los años 2017 al 2020. La reconstrucción de ese periodo histórico cubriría temas y asuntos vinculados a aspectos de su gestión en la secretaría de justicia y en la gobernación tales como los vagones con agua perdidos después del huracán María, la ética y la no-ética, el cannabis medicinal, mensajes en WhatsApp, Telegram y en Twitter, en cuya plataforma tuiteó el 28 de julio de 2019 que no tenía ningún interés en ocupar el puesto como jefa del Ejecutivo, el escándalo del almacén de suministros y los terremotos. Los olvidos son tantos que si se contabilizan no cabrían en la Enciclopedia Universal Ilustrada de Espasa Calpe, y en la Enciclopedia Británica, ni soñarlo, pero caben en Google y las palabras claves correctas los descarga.

Silencios

Calladito, calladito, uno queda más bonito. La ausencia de una respuesta clara cuando se espera, o el silencio, es una estrategia retórica significativa y frecuentemente utilizada en la política. No obstante, el resultado del silencio político como respuesta a situaciones puede suscitar resultados inesperados y, a veces, contraproducentes. Es raro que la prensa perdone a un político que se niegue a hablar sobre un tema apremiante. El político podrá explicar por qué él o ella guardó silencio sobre el tema, en espera de que el público se dé cuenta que su silencio fue una respuesta apropiada. Sin embargo, uno se preguntará, ¿cómo darse cuenta de ello? Si la estrategia retórica está calculada por los estrategas de marketing y publicidad, lo más probable es que hayan tenido varios grupos focales antes de proponer su utilización.

La alcaldesa de San Juan y aspirante a la gobernación desde hace varios meses da la impresión de que está manejando esta estrategia retórica del silencio. Llama la atención porque no es, ni ha sido, lo usual en ella. El público recuerda su construcción de imagen durante la crisis del huracán María, heroína global y cobarde para algunos en Puerto Rico. Esta estrategia permite al político retirarse un poco del juego político y, a la vez, seguir funcionando de manera efectiva y lo inmunizan de la debacle a su alrededor. El silencio como estrategia política puede también utilizarse para negar la legitimidad al contrincante o para evadir al adversario.

Pataletas

Las ciencias sociales han estudiado lo que se conoce como politics of nagging: la política de la pataleta, de fastidiar, de regañar o del ñeñeñe, en su versión puertorriqueña. Se define como un mecanismo utilizado por las mujeres en sociedades y países donde impera una cultura machista y sus voces son silenciadas. En estas sociedades patriarcales, las mujeres utilizan, deliberadamente, la ventaja cultural basada en la impunidad materna y su poder como madres y amas de casa para protestar y mantenerse inmunes a las reacciones violentas de las políticas gubernamentales. Ha sido una estrategia utilizada con éxito por las madres de la Plaza de Mayo en Argentina y por mujeres en regímenes fundamentalistas cristianos, judíos, islámicos e hindúes. La publicidad hizo los ajustes necesarios al politics of nagging y desde hace varios años lo utiliza bajo el concepto The Nag Factor. Éste mide el papel que juega la pataleta de los niños en la compra de productos.

No cabe duda de que la pataleta es una excelente estrategia retórica y tiene diversos propósitos, como los de posicionar y construir una imagen. Una de las estrategias retóricas de la actual gobernadora de Puerto Rico es la de la pataleta, la del regaño. La prensa se ha encargado de documentar sus pataletas y regaños, y su respuesta a las pataletas y los regaños de otros políticos. Como estrategia de imagen ha funcionado pues ha sido titular de la prensa en varias ocasiones. Con buscar en Google bajo regaños y el nombre de la gobernadora encontramos una lista extensa.

Simples y Auténticos

Ante esta mescolanza de deslices, olvidos, silencios y pataletas característica del político puertorriqueño actual es que digo, ¡paren la prensa! Si bien todos los políticos quieren mostrarse mediante estrategias de marketing simples cuan auténticos son, la prensa no está para cubrir la obviedad que no son otra cosa que unas estrategias retóricas, al menos no en lo que se refiere a la política. La prensa no puede permitir que no enteremos a través de estrategias publicitarias, de marketing y de construcción de imagen de los temas que verdaderamente son importantes durante un periodo eleccionario: economía o propuestas económicas, Puerto Rico en su relación a EE. UU., la inseguridad ciudadana, la corrupción, el desempleo, la salud, la educación, la vivienda, la pobreza, políticas de reconocimiento e inclusión de una ciudadanía y una población plural y diversa, las infraestructuras, el gobierno y las políticas institucionales.

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