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Ricardo Rosselló: “La deuda es un mecanismo útil”

Sin dejar mucho espacio para la sorpresa de su anuncio del 20 de septiembre, Ricardo Rosselló habló con Metro como todo un aspirante a la gobernación sobre los cuestionamientos a su figura, la crisis que atraviesa Puerto Rico, el Partido Nuevo Progresista y hasta sobre el peso —para bien o para mal— de su apellido.

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Usted dijo que la deuda hay que pagarla. La pregunta es cómo. ¿Mediante un proceso de reestructuración?
—La reestructuración es algo que se puede contemplar, pero eso requiere sentarse en la mesa con todas las partes interesadas. Lo que no se debe contemplar es lo que ha ocurrido en Puerto Rico, que es el impago. El impago daña nuestra reputación. Este impago en particular afectó a los puertorriqueños, a las cooperativas y a las próximas generaciones que van a tener que contestar las preguntas de por qué Puerto Rico entró en un impago. Creo que debemos contemplar la conversación con los bonistas y todos aquellos que han invertido en Puerto Rico, pero lo que me preocupa es que este gobernador se para y le dice al pueblo de Puerto Rico que hoy no podemos pagar esa deuda. Eso es falso.

¿La podemos pagar? ¿Cómo?
—Pues claro que la podemos pagar. Lo que se paga hoy es un pago a la deuda. Eso es $4.8 billones. Eso representa el 16 % del presupuesto, lo que significa que todavía tenemos 84 % de nuestro presupuesto adjudicado a otras áreas. No es como en otras jurisdicciones que el pago a la deuda les ha representado más de lo que tienen en presupuesto, y ahí uno tira las manos arriba porque no tiene de dónde sacar.

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¿Dónde se harían los ajustes? ¿Habría que recortar el
gobierno?
—Hay que recortar gastos en el gobierno.

¿Incluyendo la nómina?
—No hay que hacerlo en nómina. Nosotros tenemos un servidor público altamente capacitado. El 34 al 35 % del presupuesto es el pago a la nómina, que es alto también, pero todavía nos deja un 50 % del presupuesto al otro lado. Mi propuesta es hacer un presupuesto base cero. Vamos a revaluar cuáles son las necesidades de las agencias y hacer un nuevo gobierno. Nosotros hemos hablado esto con los servidores públicos, porque yo sé que, cuando uno habla de hacer un nuevo gobierno, hay el temor de perder el empleo. Lo que tenemos que hablar es de la capacidad de mover al servidor público y de capacitarlo en áreas nuevas.

Cuando oficialice su candidatura, ¿pedirá participar en los trabajos del plan fiscal a cinco años?
—Las ideas se van a presentar al pueblo y se están presentando.
O sea, la respuesta es que no…

—Lo que pasa es que, cuando se habla de hacer consenso y trabajar juntos, se tiene que demostrar con la acción, y esta administración habla de una cosa y va en la dirección opuesta. No puedes hablar de consenso cuando dices “el consenso es esto que yo estoy diciendo aquí”. Es por eso que para mí es importante que en esta transformación el gobierno, en lugar de ser paternalista, sea un gobierno colaborador.

Si partimos de la premisa de que el plan fiscal a cinco años se implementa y sirve para un plan de reestructuración de la deuda y suponemos que usted resulta elegido como gobernador, ¿le daría continuidad a ese plan?
—Primero que yo no sé cuál es el plan. Segundo, el historial nos dice que esto no es un plan de consenso, así que no […]. Aquí tenemos una responsabilidad con las futuras generaciones de Puerto Rico, pero simplemente ponerle el sticker de consenso, cuando no hay consenso real, cuando no sabemos los datos, cuando todo lo que han presentado hasta ahora o no es cierto o es la ruta equivocada, pues yo no puedo estar, ni nade debe estar vinculado, a ejecutar algo, porque, si no, cuál es el rol entonces de que el pueblo pueda escoger una nueva dirección.

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El gobernador ha señalado que fue precisamente bajo la administración de su padre cuando se disparó la deuda pública y hasta se creó la famosa deuda constitucional… Lo señalan como uno de los grandes responsables de la crisis. ¿Qué le responde?

—Hay veces que se habla de la deuda y entonces la contestación fácil —que es lo que el gobernador dijo que no iba a hacer— es echarle la culpa al pasado. Lo cierto es que la deuda es un mecanismo útil si lo sabemos utilizar. Es una inversión. En los 90 sí se emitió deuda, pero con fuente de repago. El problema fue que en el 2001 comenzamos con una práctica de emitir bonos sin fuente de repago. Lo que se ha dicho es que no existía esa fuente de repago, que por eso se emitió más deuda para pagar la deuda anterior, porque, por ejemplo, nos metimos a la tarjeta de salud sin tener cómo pagarla.

—Eso es falso. Tenía la fuente de repago, lo que pasa es que, si entras a una administración como pasó en el 2001 y agrandas la nómina gubernamental de manera significativa, pues entonces vas a tener que gastar el dinero del pago de la deuda en gasto operacional. Si lo ves por año, la deuda del 2001 al 2004 es mayor que la deuda por cuatrienio de los 90.

Pero se ha planteado que fue para refinanciar la deuda del 90.

—Y para pagar la operación del gobierno […]. Uno tiene que entender que hay deuda y hay deuda. Hay deuda que tiene fuente de repago, hay deuda que se utiliza para una inversión. Yo creo que la salud del pueblo, la educación y obras de infraestructura son una inversión. No creo que nómina operacional es una inversión.

La pregunta que responde gira sobre la deuda durante la administración de su padre. Se habla en los análisis políticos sobre las familias en la política. ¿Cómo es para usted el peso de tener el apellido Rosselló? ¿Positivo o negativo?
—Para mí es altamente positivo. Yo estoy muy orgulloso de mi padre. En términos pragmáticos, tiene sus elementos positivos y sus elementos negativos. Entrando en esto, yo entendí esa realidad. Yo sé que va a haber ataques. Siempre he dicho que las personas me deben evaluar a mí por lo que yo ofrezca.

¿Cree que el PNP estará listo para las elecciones de 2016 luego de unas primarias ese mismo año?
—La democracia es un proceso rocoso a veces. La primera primaria para uno es un poco difícil, pero ya nuestro partido ha pasado por ese proceso, y yo confío que, si ocurre una primaria entre más de un candidato, podemos hacerla hablando de los asuntos que son pertinentes, de cómo resolver los problemas de Puerto Rico, en vez de la pelea pequeña, fortalecemos el vínculo de la gente con el partido, y al final va a ser positivo.

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