Balance perfecto, alta rigidez, suspensiones que soportan una carrocería más ligera, quizás más ligera de lo convencional, el peso se lleva en el piso en sus paquetes de baterías que se encuentran entre los ejes, la propulsión es al eje trasero, toda la gestión del sistema, computadoras y sistemas de enfriamiento de aire necesario para controlar la temperatura de los componentes eléctricos se lleva al frente, y con ello, el manejo es espectacular; así es el Volvo EX30.
Es un auto que pone los ejes lo más separados posibles, tomados de dos torres MacPherson en la parte delantera y separando el amortiguador del resorte dando diferente respuesta en ángulo al trabajo de amortiguación. Con una longitud de apenas 13.887 pies y su altura de 5.08 pies con lo que sin duda se convierte en un vehículo de apariencia crossover, atractivo al verlo por delante gracias a su ancho de 6.02 pies.
Se ve Volvo, es un Volvo, pero sin duda la marca ha llevado al siguiente nivel sus líneas de diseño icónicas, las “T” de martillo adelante, acostadas en blanco y leds lucen espectaculares, el logotipo en negro brillante con la tira cruzada parece flotar y se desinhibe con la cámara delantera, demostrando la idea de la gran seguridad del auto.
En la parte trasera las torres de luces rojas desde los laterales del medallón y hasta las partes bajas se mantienen, pero en una gran ejecución LED en secciones pequeñas y vistosas, con formas sport traseras hasta con un deflector de aire donde termina el techo.
La magia del interior surge cuando uno se sube, la primera vez me sorprendió su minimalismo y sus superficies que no tenía claras de qué estaban hechas, así como la sensación de amplitud. Resulta que casi todo lo que vemos en el auto es reciclado y se va a reciclar, con lo que las superficies, aunque de alta calidad nunca las ha visto en ningún otro auto, desde plásticos mezclados con otros reciclados, hasta telas que recobran mezclilla para hacer las vestiduras.
Tomar el volante es un verdadero gusto, cuadrado, como debería ser para lograr su distinción convencional de uno circular o solo chato, ahí inicia la diferencia. Adiós botones, solo hay superficies táctiles en el volante; lo demás se controla desde la pantalla que en su parte superior pone la franja de funcionamiento como velocidad y regeneración. En la zona central, el navegador, luego los widgets de uso común y acaba con dos barras una de opciones de aplicaciones y funciones; la última de “Home”, aire acondicionado y luces de emergencia.
Todo se controla desde ahí. Pero aún existen palancas de limpiadores y por el otro lado la de selección de velocidad y botón lateral de parking en su extremo.
Mención aparte merece el control de velocidad crucero adaptativo a la velocidad deseada, con freno a cero y reconocimiento de límite de velocidad de las vialidades donde circula, al mismo tiempo que le advierte y le mantiene en el carril sin poner las manos en el volante, la asistencia a la conducción es total.
El Volvo EX30, en la versión con tracción trasera en dos ejecuciones: “Single Motor” y “Single Motor Extended Range”, ambas tienen 272 caballos de potencia, velocidades máximas de 111.8 millas por hora, pero en un caso del Extended Range son 295 millas de autonomía y en el primero sin rango extendido es de 213 millas.
A sorprenderse está, el gran manejo y reconfortante reacción al acelerador que hace voltear al retrovisor a ver que tanto se quedó el auto de atrás en la distancia, la barra de sonido en el más equipado que va montada en la base de toda la “semi” circunferencia del parabrisas, el gran techo panorámico que logró reducir al máximo el tamaño de los laterales y, por supuesto, además de que estacionarse solo ya es mucho más fácil y exacto. El sistema de asistencia a la conducción con toda la seguridad de un Volvo.
La pequeña SUV de Volvo viene a engrandecer su presente y añorar el futuro eléctrico de la marca.