La guerra comercial entre los Estados Unidos y China, con el tema de los aranceles impuestos por Donald Trump, tienen a Apple como una de las víctimas principales. La empresa que dirige Tim Cook desarrolla el 85% de sus dispositivos en fábricas que se encuentran en el país asiático, por lo que las medidas tomadas en suelo norteamericano afectan directamente en el precio del iPhone, iPad, Mac y en las acciones del gigante de Cupertino.
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Para Donald Trump la solución es muy sencilla: Apple debería mudar sus fábricas para los Estados Unidos y ya. De esta manera, según la lógica del presidente de los Estados Unidos, no habrá problemas para la producción de celulares y las posteriores ventas nacionales e internacionales.
Ciertamente, la solución que plantea Trump se ve como la correcta. Sin embargo, el presidente no estaría viendo que hay muchos problemas de fondo en la cadena de suministros que implementa Apple para fabricar cada iPhone.

Los problemas de una fábrica de Apple en EE.UU
La obviedad de los problemas que enfrentaría Apple con una fábrica en los Estados Unidos, son los económicos. La mano de obra en China es mucho más barata en términos de materiales y contratación de empleados.
De hecho, además de China, Apple tiene fábricas en India y Vietnam, debido a que representan también un coste inferior en materia de mano de obra.
India y Vietnam no están dentro del caos de los aranceles, pero no cuentan con la estructura descomunal de China para Apple, razón por la cual no se convierten en una alternativa para la empresa de la manzana mordida.
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A pesar de todos estos problemas, Apple podría invertir en una fábrica en los Estados Unidos, con todo y las condiciones laborales que esto representa. También podría mejorar las estructuras de India, Vietnam o algún otro país en donde estén operando, pero la realidad es que tienen un problema mayor de fondo: la calidad.
“Estados Unidos carece de personal cualificado” para los trabajos que se realizan en las fábricas que hay en China. Encontrar de nuevo la calidad y optimización en los procesos, es lo que hace que Apple se quiera aferrar al gigante de Asia.
Tim Cook, por consecuencia, busca llegar a una especie de acuerdo de excepción con Donald Trump. Algo que les permita quedar exentos de los aranceles, para sostener la estabilidad de la empresa y el precio de sus dispositivos.