Katy Perry vivió uno de los momentos más extraordinarios de su vida: viajar al espacio exterior. La cantante formó parte de la misión NS-31 de Blue Origin, una histórica expedición compuesta únicamente por mujeres que despegó el 14 de abril de 2025 desde Texas. A bordo de este vuelo suborbital viajaron también la periodista Gayle King, la ingeniera aeroespacial Aisha Bowe y la activista Amanda Nguyen, entre otras figuras que representan distintos sectores sociales y culturales.
La misión, impulsada por la compañía Space for Humanity en colaboración con Blue Origin, tuvo como objetivo acercar la experiencia espacial a líderes creativos, sociales y culturales para generar conciencia sobre el planeta Tierra y dar inicio al futuro de los viajes turísticos al espacio.
Durante los 11 minutos que duró el vuelo, Perry interpretó una emotiva versión de What a Wonderful World, llevando en sus manos una margarita en honor a su hija, Daisy, como símbolo de belleza, vida y resiliencia en la Tierra.
“Las margaritas son flores comunes, pero crecen en cualquier condición; crecen a través del cemento, a través de grietas, a través de muros. Son resilientes, poderosas, fuertes y están en todas partes. Las flores para mí son la sonrisa de Dios, pero también son un recordatorio de nuestra hermosa Tierra y de la magia que está a nuestro alrededor, incluso en una simple margarita”, señaló la cantante en una entrevista posterior a la misión.
Katy Perry protagoniza el momento más controversial previo a su ida al espacio
La travesía espacial no estuvo exenta de controversia. Mientras algunos aplaudieron la representación femenina en una industria históricamente dominada por hombres, otros calificaron el evento como un acto de feminismo performativo, más cercano a un espectáculo mediático que a una contribución real al avance científico o social. Las críticas también se centraron en la participación de celebridades en una misión que, para algunos, demuestra más privilegio que propósito.
Pero lo que terminó por encender la polémica fue un video que recientemente comenzó a circular en redes en el que se ve a Katy despidiéndose de su hija con un beso en la boca momentos antes de abordar la cápsula espacial.
Mientras algunos usuarios lo calificaron como una muestra de afecto natural entre madre e hija, otros lo tacharon de “antihigiénico” e “inapropiado”, argumentando que no se deben normalizar esas muestras de afecto físicas entre adultos y niños. “¿Pero por qué besar a la niña en la boca?”. “Los padres no deben besar a los hijos en la boca, ¡eso no se hace!”. “Sí, todo muy emocionante… pero ¡en la boca no, Katy!”. “No normalicen eso, por favor”. “Qué afán de besar a los niños en la boca”. “Inapropiado besar a los niños en la boca, no importa si son tuyos”, se lee.
El error que Katy Perry (y muchos padres) estarían cometiendo, según expertos
Expertos en salud y psicología infantil han señalado en diversas ocasiones que este tipo de besos puede confundir a los niños sobre los límites físicos y personales, lo cual podría derivar en consecuencias emocionales. Además, médicos han advertido que la boca de los adultos puede contener bacterias que resultan inocuas para ellos, pero potencialmente dañinas para los sistemas inmunológicos más vulnerables de los niños.
¿Se arrepiente de viajar al espacio?
A pesar de la transformación personal que supuso para Katy Perry viajar al espacio, la cantante estaría reconsiderando su participación en el vuelo de Blue Origin, no por el viaje en sí, sino por cómo se convirtió en un espectáculo público.
Según fuentes cercanas, Perry se siente incómoda con los momentos transmitidos, como cuando sostuvo una margarita en honor a su hija y promocionó su gira. La misión, aunque pensada para celebrar los logros femeninos, fue duramente criticada por figuras públicas como Emily Ratajkowski y Amy Schumer, quienes la vieron más como un truco publicitario de Bezos. Perry, que inicialmente defendió el viaje como un acto de amor y propósito, ahora enfrenta el peso de la controversia que rodea su exposición mediática.