La secretaria del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Anaís Rodríguez Vega, anunció el nombramiento de Edwin Rodríguez Ruiz, como nuevo comisionado del Cuerpo de Vigilantes de la agencia.
El nombramiento llega luego de que el pasado 18 de abril, renunciara la pasada comisionada del Cuerpo de Vigilantes, Haydelín Ronda, tras denuncias por parte de los vigilantes del ente gubernamental.
“El sargento Rodríguez desempeña un papel crucial en diversas operaciones de vigilancia y protección de nuestros recursos naturales alrededor de toda la isla. Además, ha liderado numerosas iniciativas de conservación, en las que siempre muestra un alto nivel de compromiso y dedicación. El Cuerpo de Vigilantes tiene como jefe a un destacado profesional que por mucho tiempo ha servido como protector de los recursos y que se ha dedicado al DRNA”, indicó la jefa de las agencias ambientales.
Según se indicó a través de un comunicado de prensa, Rodríguez Ruiz cuenta con más de 24 años de experiencia en el organismo de seguridad del DRNA, la mayor parte de ellos en la Unidad Marítima de Arecibo, que dirigió por varios años.
La secretaria aprovechó para desmentir algunas notas de prensa relacionadas al supuesto nombramiento del coronel de la Policía, Roberto Rivera, como comisionado del Cuerpo de Vigilantes.
“En el DRNA mantenemos un alto nivel de profesionalismo y cualquier información que trascienda en las redes sociales, o cualquier medio de prensa, debe ser confirmada mediante nuestros portavoces”, concluyó.
El pasado mes de abril, previo a la renuncia de la pasada comisionada del Cuerpo de Vigilantes, Haydelín Ronda, los Servidores Públicos Unidos de Puerto Rico enviaron una carta al gobernador Pedro Pierluisi en la que denunciaron una supuesta actitud hostil de la ahora exfuncionaria.
“Lamentablemente, la comisionada ha demostrado no ser apta para su puesto. Carece de profesionalismo, no es objetiva, fomenta la división y genera un mal ambiente laboral. Con ella hemos enfrentado un serio problema de supervisión, de diálogo con los empleados, una total falta de empatía, planes inconclusos e incoherentes y lo más dañino: humilla, hostiga y oprime a los vigilantes”, leía parte de la carta.