Opinión

Opinión de Alex Delgado: PPD: Casa grande… sin colchones

Lee aquí la columna del periodista y director de programación de NotiUno..

Como he expresado antes, el Partido Popular Democrático (PPD) ha pasado momentos de grandes crisis como colectividad. No obstante, la crisis actual tiene dos ángulos: la lucha de poder y la compleja situación económica.

La primera es otra raya para el tigre. En la década de 1960, luego de ser señalado por Luis Muñoz Marín para que fuera el candidato a la gobernación por el PPD, y de convertirse en gobernador, Roberto Sánchez Vilella tuvo serios conflictos su padrino político, quién le retiró su bendición como candidato a la reelección. Sánchez Vilella se lanzó entonces como candidato a la reelección, pero por el Partido del Pueblo, organización recién creada por él. Esto provocó una división que logró que Luis A. Ferré prevaleciera con el también recién creado Partido Nuevo Progresista (PNP).

En el año 2000 el PPD protagonizó otra lucha de poder, aunque sin consecuencias mortales para la pava. Sila Calderón aspiraba a la gobernación y la intención de José Alfredo Hernández Mayoral de ser el candidato a comisionado residente desató la controversia. Calderón, en quien Rafael Hernández Colón depositó su confianza para ser Secretaria de Estado y de la Gobernación en la década de 1980, rechazó y combatió la aspiración del hijo de la persona a quien le debía el haber ocupado los puestos más altos en el gobierno de Puerto Rico. La ex gobernadora llegó al punto de amenazar a los populares con retirar su aspiración a la gobernación si elegían al hijo de Rafael Hernández Colón. La primaria para la candidatura a comisionado residente la ganó Aníbal Acevedo Vilá y tanto él como Calderón prevalecieron en las elecciones del 2000.

Para el 2008 el entonces gobernador Aníbal Acevedo Vilá se aferró al poder tras ser acusado a nivel federal por corrupción. Internamente, se intentó hacer entrar en razón al ex gobernador de que su aspiración costaría la elección y la peor derrota del PPD. No obstante, Acevedo Vilá sabía que si perdía la posibilidad de poder de aspirar, sería abandonado y con ello se esfumaría las probabilidades de utilizar todos los recursos que tuviese a su disposición, públicos y privados, para defenderse de los cargos. Estaba consiente que su aspiración provocaría la derrota más aplastante para el partido, pero necesitaba el poder que le daba dicho partido para costear su defensa. Sacrificó al PPD por un asunto personal. Años después intentó aspirar a presidir el partido y los populares lo rechazaron frente a Héctor Ferrer (QEPD). Luego, en el 2020 buscó convertirse en comisionado residente y volvió a perder. Lo que quiero traer con esto es que los populares quizás “perdonan pero no olvidan” los costos de las guerra y las luchas de poder internas que perciban injustas o antidemocráticas.

El presidente del PPD, José Luis Dalmau, ha lucido tan errático dirigiendo la pava como LUMA el sistema eléctrico de Puerto Rico. ¿Porqué?

El segundo ángulo de este escrito es la situación económica del PPD. Llegar a tener en un momento dado del verano pasado menos de $250.00 en la cuenta de banco del PPD, siendo el principal partido de oposición, el partido fundado por Luis Muñoz Marín, es humillante y desmoralizante para los populares. Peor aún, con ese cuadro, decir que las finanzas del PPD no están resquebrajadas es más desmoralizante porque muestra un liderato enajenado o mentiroso, una de las dos.

La excusa de que por la pandemia del 2020 decidieron no hacer actividades de recaudación en el último trimestre del 2021 y lo que vá del 2022 debe ser insultante para el intelecto de los populares porque pareciera que los ven desde Puerta de Tierra como indios en taparabos.

Cada cual le da el significado que entienda a la palabra líder. Para unos un líder marca la ruta a seguir, persuade, convence y provoca que sus soldados cierren fila detrás de él. Para otros, un líder escucha y toma decisiones a base de ese auscultar, pero una vez decide, no puede cambiar.

¿Por qué entiendo que Dalmau luce una presidencia errática?

¿Qué dijo el 16 de junio cuando anunció elecciones para la presidencia, la Junta de Gobierno y el desarrollo del ELA?: “Cuando asumí la presidencia del Partido Popular me comprometí a crear mecanismos de amplia participación para que sean los populares de base, y no un puñado de líderes, quienes tomen las decisiones más trascendentales cuando se trate del futuro de nuestra colectividad. Cónsono con ese objetivo, hoy les anuncio, que estaré convocando una votación abierta de todos los electores afiliados del Partido Popular Democrático para que sean ustedes, los populares, quienes seleccionen los líderes que habrán de dirigir los destinos del Partido Popular en la Junta de Gobierno por los próximos años; y, además, para que se expresen sobre la agenda ideológica que debe asumir nuestro partido camino al futuro”.

Ese mecanismo de “amplia participación” se hizo sal y agua cuando el viernes pasado plantearon cancelarlo y poner sobre la mesa extender su presidencia hasta diciembre del 2023. Dijo en esa expresión estar en contra de que “un puñado de líderes” dirigieran el partido, pero la opción presentada el viernes es que junto a él, la colectividad sea dirigida por un puñado de líderes. Dijo que convocaba a una elección en agosto pasado, pero luego pospusieron para febrero próximo y ahora es que no quieren que el pueblo popular decida hasta diciembre del 2023.

Cuando uno ve este berenjenal puede tener una idea de porqué las finanzas están como están. Los que aportan no ven liderato, no ven rumbo, no ven norte, no ven tan siquiera posibilidades de ganar una elección en un partido donde no se vislumbra un candidato con opción real de prevalecer y hoy, contrario a años atrás, como están las cosas, no hay “dinero pa’ botar” por parte de los donantes, apostadores o inversionistas políticos. Eso sin considerar que mientras el presidente del PPD asegura no recaudaron por solidaridad con la situación de la pandemia, su comité de campaña recaudó 7 veces lo que recaudó la colectividad en el mismo período. O sea, ¿le aplicó al partido algo que no le aplico a su comité de campaña?

El reto del PPD es del tamaño de una casa grande, pero sin colchones.

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