Opinión

Guerrillas: Del PPD al PNP

Lee aquí la columna de opinión del periodista y director de programación de NotiUno.

Si interesante se pone la guerra interna en el Partido Popular Democrático (PPD), más interesante se pone la “guerra fría” de Jenniffer González contra el gobernador de su partido, Pedro Pierluisi. Bueno, la realidad es que ya no es tan fría, la temperatura ha ido subiendo.

En el capítulo más reciente, la comisionada residente no perdió tiempo para zumbarle a la yugular a Pierluisi tras el allanamiento de agentes federales a las oficinas de unos primos del gobernador por una investigación relacionada a los contratos de una empresa de estos con la Administración de Vivienda Pública, según ha trascendido.

En el mes de julio pasado González expresó: “Voy a estar donde el pueblo entienda yo tenga que estar. Mira, cuando uno hace las cosas bien, el pueblo es el que decide, siempre”. El mensaje es que, en su apreciación, ella hace las cosas bien y que el pueblo decidirá. El contexto de sus expresiones fue luego de que el gobernador Pierluisi anticipara que no lo retarían en primarias internas, obviamente, en referencia a González. En ese aspecto la comisionada le hizo saber al gobernador que no se duerma de ese lado.

Tras el allanamiento de los federales a las oficinas de los Pierluisi, ocurrieron dos cosas llamativas. La primera fue el gobernador intentado alejarse de su propia familia al expresar que se trataba de primos lejanos. No obstante, fue un intento fútil, ya que éstos estuvieron integrados en su campaña. De todas las opciones para manejar la situación mediática, el Primer Mandatario seleccionó la peor: Pedro casi los niega antes que cantara el gallo. Decir que sí, que son sus primos, que llevan 20 años con esos contratos, bajo administraciones penepés y populares, bajo el escrutinio y supervisión federal por años, que ningún contrato se ha otorgado bajo su administración, que el último fue bajo la gobernación de Wanda Vázquez, su pasada contrincante primarista, y que esperaba que todo se aclarara porque los conoce y que son personas serias era mucho mejor que decir que son primos, pero lejanos.

Hasta Jenniffer González, aún dentro de sus puyas y en referencia a los allanados, dijo que eran personas serias. “Conozco a esas personas, claro que las conozco. Han estado vinculadas a las actividades del gobernador por muchos años y a mi juicio son gente seria”. No obstante, González no desaprovecharía la oportunidad, aun refiriéndose a los primos Pierluisi como personas serias, para enredarse en el cuello político del gobernador y comenzar a apretar. La expresión: “Yo soy González Colón, yo no soy Pierluisi”, busca establecer, desde su punto de vista, que es el gobernador el único ligado, de alguna forma, a las personas allanadas, y obviamente eso gana capital político para ella sobre Pierluisi al insinuar sutilmente que el apellido Pierluisi puede estar ligado a corrupción, contrario al de ella.

Otra expresión de González fue “…yo dirijo mis esfuerzos. Yo te tengo que decir que quien dirige mi campaña soy yo, quien ha estado estableciendo mi comité de campaña he sido yo y jamás ninguno de los Pierluisi ha estado en mis equipos de campaña, en ninguna de mis estructuras”. Horas más tarde trascendió que Walter Pierluisi, una de las personas allanadas, fue donante de su campaña. Esa información no la verbalizó cuando se alejó de todo lo que oliera a Pierluisi.

¿Habrá primaria finalmente entre Jenniffer González y Pedro Pierluisi? He expresado anteriormente que es complicado retar a un incumbente, a menos que ese incumbente no tenga probabilidad de prevalecer. Aun así, es complicado si repasamos el caso de Aníbal Acevedo Vilá en el 2008 cuando nadie se atrevió a retarlo en el PPD, aun teniendo cargos federales en su contra. Ahora, Pierluisi no es Acevedo Vilá. Lo otro es que González sí puede ir buscando inviabilizar una candidatura de Pierluisi con sus críticas constantes. Pero eso a su vez puede ser algo en su contra si vemos lo que hizo Carmen Yulín Cruz con Alejandro García Padilla. Eso provocó resentimiento y animosidad. Nada está escrito, pero, en este momento, la oportunidad de González es seguir serrucho en mano. Cuán bueno sea el serrucho también dependerá del gobernador y lo que le rodea, sus movimientos políticos y gubernamentales. Eso finalmente le daría fuerza a González en sus acciones para sacarlo del camino.

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