Con la campaña presidencial de 2024 ya en marcha, los dos principales partidos políticos de la nación luchan por definir su identidad, una que les permita salir del ciclo actual de estancamiento en atraer un mayor número de votantes.
Es probable que los demócratas, cuyos electores se han movido marcadamente hacia la izquierda durante la última década, pospongan su debate hasta después de las elecciones, con el presidente Biden en camino de reclamar la nominación del partido sin contrincante alguno.
En el lado republicano, por el contrario, las luchas son cada vez más abiertas a medida que el partido, definido durante mucho tiempo por una ideología de la era Reagan de impuestos bajos, gobierno pequeño y defensa fuerte, trata de definir lo que representa ahora.
Muchos de los donantes adinerados del Partido Republicano favorecen una ideología libertaria de impuestos bajos y gobierno pequeño. Otros grupos de activistas de dicho partido sueñan con un partido obrero multirracial y multiétnico, con la esperanza de atraer a las filas republicanas a una tajada mayor de los votantes negros y latinos.
Pero una de las corrientes más poderosas dentro del partido republicano es el nacionalismo cristiano, la creencia de que Estados Unidos es propiamente una nación cristiana que debe ser gobernada por seguidores de las creencias cristianas tradicionales.
Dos nuevos estudios realizados en las últimas semanas arrojan nueva luz sobre esos debates internos. Uno, realizado para Prensa Asociada, examinó cuánta confianza tienen los votantes de cada partido en sus líderes. El otro, del Instituto de Investigación de Religión Pública (IIRP), ofrece una mirada reveladora sobre el nacionalismo cristiano.
Según el estudio de Prensa Asociada, cuando se les preguntó si los líderes de su partido comparten sus valores, alrededor de 4 de cada 10 demócratas dijeron que tenían alguna o mucha confianza; un grupo un poco más pequeño dijo que tenían poca confianza.
Los republicanos tenían menos confianza: solo alrededor de 2 de cada 10 dijeron que tenían alguna o mucha confianza en que sus líderes compartían sus valores, mientras que más de la mitad dijeron que tenían poca confianza.
La razón principal por la que los republicanos muestran menos confianza es que muchos de los votantes moderados y con educación universitaria ven una brecha entre sus valores y los de los líderes del partido. Por el contrario, aquellos que se identifican como muy conservadores fueron los que más expresaron un alto nivel de confianza en que sus valores están sincronizados con los de la dirección del partido.
¿Y qué valores defienden esos votantes conservadores? Para muchos, el nacionalismo cristiano proporciona su marco ideológico.
La fuerza del sentimiento nacionalista cristiano se puede ver claramente en una amplia gama de temas que los funcionarios electos republicanos han enfatizado, incluidos los esfuerzos para restringir los derechos y la visibilidad de las personas transgénero, pero también en algunos temas menos obvios, como la inmigración. Las creencias nacionalistas cristianas se correlacionan fuertemente con puntos de vista antimusulmanes, antinegros, antisemitas y antiinmigrantes.
Según el estudio del IIRP, entre los estadounidenses en general, por ejemplo, aproximadamente 6 de cada 10 dicen que el creciente número de recién llegados de otros países fortalece la sociedad estadounidense. Pero entre los adherentes y simpatizantes blancos nacionalistas cristianos, casi 7 de cada 10 no están de acuerdo. Aproximadamente 8 de cada 10 de ellos dicen que los inmigrantes están invadiendo la nación y reemplazando el origen cultural y étnico americano.
El apoyo al nacionalismo cristiano también va de la mano con al menos una aceptación retórica de la violencia política. Cuatro de cada 10 seguidores nacionalistas cristianos están de acuerdo con la afirmación de que debido a que las cosas se han desviado tanto, los verdaderos patriotas estadounidenses pueden tener que recurrir a la violencia para salvar a nuestro país. Alrededor de 8 de cada 10 estadounidenses en general rechazan dicha afirmación.
El nacionalismo cristiano tiene un fuerte atractivo para el electorado más grande dentro del Partido Republicano: los protestantes evangélicos blancos. Casi dos tercios de ellos son adherentes o simpatizantes del nacionalismo cristiano, encontró el estudio de IIRP.
Hasta ahora, todos los candidatos que se han mencionado para las primarias presidenciales del Partido Republicano han hecho una prioridad máxima conseguir el apoyo evangélico. Los votantes evangélicos han estado entre los partidarios más firmes de Trump desde su elección en 2016. El exvicepresidente Mike Pence, quien probablemente se postule, comparte una sólida fe evangélica. Cuando anunció su campaña la semana pasada, la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley abrió con una invocación de un pastor evangélico de discruso extremo.
Pero incluso cuando los votantes evangélicos han ganado fuerza en el Partido Republicano, sus puntos de vista se han distanciado cada vez más del resto del país. A juzgar por los aspirantes presidenciales del partido, el Partido Republicano quiere ser un partido nacionalista cristiano y un partido mayoritario al mismo tiempo. Con el tiempo y los resultados de las próximas elecciones generales, que parece validarán los de las elecciones de mitad de término, sospecho que dicho partido se dará cuenta de que, como dice el dicho: “nadie puede servir a dos amos simultáneamente”.