En 2014 se declaró el mes de noviembre de cada año como el “Mes de la Adopción”, reconociendo la necesidad de que no haya menores sin una familia. Hace dos meses atrás, el 1 de noviembre de 2023, el gobierno llevó a cabo un evento donde la administradora de la Administración de Familias y Niños (ADFAN) promovió la adopción de niños y niñas grandes, adolescentes y grupos de hermanos. También, ese día, el gobernador Pedro Pierluisi informó un dato impactante, que alrededor del 75 por ciento de los y las menores en espera de adopción eran mayores de 8 años.
Según surge de una entrevista de noviembre de 2023 a Nancy Martínez, una trabajadora social especialista en adopción del Departamento de la Familia, los mayores retos que están confrontando para lograr adopciones es conseguir que se adopten los menores que son mayores de 8 años y los grupos de hermanos. Debido a esta razón es que se promovió, por parte de ADFAN, la adopción de estos en la actividad del 1 de noviembre. Esto se debe resolver con urgencia.
La cifra de 150 menores esperando adopción en Puerto Rico es alarmante. Lo sensato sería que la legislatura investigara este problema o que luego de consultas con personas con peritaje, se presentaran medidas para remediar los retos descritos por las especialistas y así poder lograr que todos(as) las menores sean adoptadas y reciban el amor de una familia.
Contrario a buscar resolver o atender con seriedad este problema, el representante Jorge Navarro del PNP presentó el Proyecto de la Cámara 1982. El proyecto tiene el terrible propósito de permitirle a ciertas agencias de adopción a que discriminen contra parejas del mismo sexo, declinando que puedan adoptar, sin consecuencia legal alguna. Esta medida tiene el efecto nefasto de privar a menores -en espera de adopción- del amor de una familia basado en el odio y en los prejuicios de un sector minoritario de la sociedad, cuando lo que necesitamos es más amor y menos odio.
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