A continuación, la columna que el exinternacional argentino Pablo Zabaleta escribió para la BBC sobre Lionel Messi horas antes del crucial encuentro entre la Albiceleste y Nigeria.
Cuando jugué junto a Lionel Messi en la selección argentina nunca lo vi tan feliz como en 2012. Anotó un hat trick contra Brasil en Nueva York y actuó todo el partido con libertad y una sonrisa en el rostro,
Su lenguaje corporal fue completamente lo contrario antes del partido ante Croacia del pasado jueves. Ver a Leo luciendo tan estresado y descontento en este mundial fue una verdadera preocupación.
Es mi amigo, además de ser mi excompañero de equipo y sentí pena por él. Es muy raro verlo así pero era una señal de lo que estaba pasando por su cabeza.
En momentos como ese, hay una enorme presión sobre él porque la gente espera demasiado y que haga todo por la selección nacional.
No me sorprendió que lo pasara mal en lo que fue una derrota desastrosa para nosotros. Sé que si entras en un partido y realmente no lo disfrutas entonces es muy difícil jugar bien.
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No fue solo Leo, sin embargo. Fue una actuación pobre de todo el equipo. Tenemos suerte de seguir teniendo la oportunidad de avanzar a octavos si vencemos a Nigeria, pero no estoy seguro de que eso suceda.
Tenemos que jugar mucho mejor que en nuestros primeros dos partidos y mostrar la actitud correcta y muchas más ganas.
El fútbol es un deporte colectivo y hace falta que todo el mudo mejore. No solo Messi.
Esta vez el técnico Jorge Sampaoli tiene que estructurar la formación adecuada con los jugadores correctos y seguir un plan.
Música, liderazgo y tranquilidad
He estado ahí con el equipo argentino cuando las cosas han salido bien -y cuando no- y sé como será la previa al partido.
Sergio Agüero se asegurará de que la música adecuada suene para todos. Siempre escuchamos cumbia argentina antes del partido.
Es similar al reggaetón porque trae alegría y a los jugadores les encanta, especialmente en el vestuario. Eso fue lo que nos funcionó en Brasil en la Copa del Mundo de 2014.
En el vestuario Javier Mascherano es el verdadero líder. Es el que genera el ruido y habla con todo el mundo. Sin embargo, Leo es el que lleva la calma.
Leo es una persona tranquila que no habla mucho pero, por supuesto, es Messi.
Cuando yo veía alrededor mío en el vestuario antes de un partido siempre sentí la confianza de tener al mejor jugador del mundo en mi equipo.
Tres pesadas derrotas
Creo que a Leo se le está haciendo más duro jugar para Argentina. Cumplió 31 años el domingo, así que se está poniendo más viejo y a veces mentalmente puedes también sentirte cansado.
Parte de eso se debe a su historia con Argentina. Este equipo ha perdido las tres pasadas finales que jugó: el Mundial de 2014 y la Copa América en 2015 y 2016.
En Argentina, eso no es suficiente. Para algunas personas y sectores de los medios de comunicación, tiene que ganar. Solo llegar a la final no es aceptable.
Así que perder tres finales en cuatro años ha sido duro mentalmente y psicológicamente para todos en el equipo, especialmente Leo.
Es difícil cuando la gente de tu país te trata como un perdedor. Lo ven ganando trofeos todas las temporadas con el Barcelona, así que esperan que haga exactamente lo mismo con la selección nacional.
El referente
Argentina es un país que ama tanto el futbol que a veces allí se cruza la línea en la formar de tratar a nuestros jugadores.
Los grandes países futbolísticos tienen una enorme pasión y esperan que los jugadores ganen y actúen bien. Esto es normal, pero son los grandes jugadores lo que lo sienten más.
A Leo se le critica cuando no juega bien, pero cuando no está – como cuando se retiró brevemente del fútbol internacional en 2016 – hay gente que pide su regreso.
Y quienes dicen que no juega bien para su país como cuando lo hace para su club están equivocados. Siempre hemos sido mejores cuando él está allí. Cuando jugué en el equipo argentino siempre fue el jugador principal y el hombre principal,
Estoy seguro de que lo será este martes porque podría ser su última oportunidad.
Momento de "unidad"
Conjuntamente con Messi y Mascherano, mi antiguo compañero de equipo en el Manchester City, Nicolás Otamendi, es parte de la columna vertebral del equipo argentino, y está en control de la defensa de cuatro.
Los tres desempeñarán un papel crucial con su calidad y experiencia, pero Sampaoli debe encontrar un sistema que funcione.
No he habado con ninguno de los jugadores argentinos, pero he escuchado informes de que los jugadores querían salir de él.
La formación que alineó contra Croacia, un 3-4-3, tuvo éxito cuando dirigió a la selección chilena, pero no parece adecuada para las características de nuestros jugadores.
Estuvo trabajando con un 4-3-3 antes del Mundial con solo un medio de contención, pero el día antes del partido ante Islandia cambió para usar dos, aunque sabíamos que ellos defenderían muy atrás.
Sampaoli hace muchos cambios a sus equipos, y a sus tácticas, e incluso desde afuera puedo ver cómo eso afectaría el ambiente alrededor de la selección.
Pero ahora es el momento de la unidad y creo que todo necesitan sentarse juntos -jugadores y entrenador- porque este tipo de situación es normal en el fútbol en momentos duros después de malos resultados.
Los jugadores pueden escuchar al entrenador y también deberían expresarse sobre lo que no les gusta de él.
Si eso sucede, pueden tener una buena actuación. Tienen que hacerlo si quieren clasificar.
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