Verano del 2019. La ciudadanía se entera que un gobernador estadista del Partido Nuevo Progresista se comportaba como la mayoría de los ciudadanos en un chat de “Whatsapp”. Hablaba malo, compartía memes, se burlaba de circunstancias, bromeaba con las lamentables situaciones de otros. Donde no puedo decir que fuera “como la mayoría” es en el tono utilizado en ocasiones. Ese chat también reveló el poco o ningún sentido de humanidad, solidaridad y respeto de otros integrantes con las graves consecuencias del impacto del huracán María. No tengo que enumerarlas, primero porque todos las conocemos, y segundo porque no es necesario revivir ese dolor. En ese momento las redes sociales y medios se volcaron sobre el asunto al punto que miles y miles se tiraron a la calle a protestar, unos de manera pacífica y otros de forma violenta.
No podemos ser hipócritas, falsos y querer proyectarnos como los más puristas, en el sentido de hacer creer a otros que nos tapamos los ojos, ponemos cara de indignación o incluso que nos salimos de los chats donde se comparten memes y/o bromas con distintos tonos de humor, desde el más “inocente” hasta el más “pesado”. ¡Por favor! No sea usted hipócrita.
Con esto no estoy suavizando o minimizando lo que ocurría a nuestras espaldas en ese chat. No se trataba de “Juan del Pueblo” compartiendo memes, bromas pesadas, comentarios homofóbicos, sexistas, ni clasistas. Se trataba de un grupo que tenía en sus manos la responsabilidad mayor que se puede tener: gobernar, dirigir al pueblo, y sobre todo, cuidarlo.
Eso le mereció al gobernador Ricardo Rosselló y su equipo el rechazo casi general del pueblo. La indignación fue a tal punto que provocó que cientos de miles de puertorriqueños se tiraran a la calle el 22 de julio protagonizando la manifestación más grande en nuestra historia. Las dos manifestaciones más asistidas del verano del 2019 tuvieron como protagonistas en la convocatoria y asistencia a estrellas de nuestra tierra como Ricky Martin, Tommy Torres, Kany García, Ednita Nazario, intérpretes como “Residente”, “Bad Bunny”, entre otros. Sin ese motor, las manifestaciones contra Rosselló, no hubiesen tenido la misma asistencia. Miles y miles fueron por indignación y otros miles y miles con la esperanza de ver a su artista y de paso protestar. Eso no lo despinta nadie, aunque tampoco le resta necesariamente al reclamo.
Desde le 28 de diciembre la isla está temblando, siendo tres terremotos los más intensos y los que más daño provocaron: el de las 6:32 am del Día de Reyes, así como el de las 4:25 y 7:20 am del 7 de enero. En prácticamente 24 horas, los terremotos causaron destrozos en la zona sur y suroeste de Puerto Rico. Familias quedaron sin casas, pero la peor parte, la salud emocional de los residentes de Ponce, Yauco, Guayanilla y Guánica, entre otros pueblos, está afectada al punto de dormir en las calles por temor a que otro terremoto les haga caer sus techos encima.
Llevan un período de más de 48 horas de pánico, están en estado de “shock” y necesitan ayuda. Creo nuestros artistas, mucho más que nuestros políticos, pueden ayudar en la parte emocional e incluso en la económica a esos afectados, ya sea organizando actividades de recaudación para reconstruir.
Esta nueva generación, que se mueve muchas veces dependiendo para donde le digan que se muevan, según mostraron empatía para tirarse a la calle para algo político-gubernamental, deberían también mostrar empatía con esos necesitados y tirarse a la calle por ellos. Sé que hay dentro de esos sectores quiénes lo hacen, pero sabemos que no son la misma cantidad que se tiraron, por ejemplo, a pedir que Rosselló se fuera. Cuando una persona dice ser “empático” con las “víctimas” del chat y marcha contra Ricky Rosselló, pero se queda pega’o al teléfono, y ese mundo, antes de ir a dar la mano a nuestros hermanos del sur, permítame decirle que su “empatía” de cartón.
Llevamos tres días con esta emergencia y ¿dónde están?. Guánica, Guayanilla, Yauco y Ponce no están en la zona metropolitana, pero merecen de todos nosotros el mismo compromiso y atención de nuestros artistas, intérpretes y ciudadanía en general, más allá de un post o un tweet por aquello de… Vamos pa’ la calle… y eso me incluye a mí. No hagamos solo “patriotismo de redes”, no nos limitemos a un “patriotismo selectivo” solo para un asunto político y/o ideológico y mucho menos, hagamos “patriotismo” desde San Juan o alguna lujosa propiedad.