En Puerto Rico, desde hace mucho tiempo, hemos desarrollado una cultura que fomenta la dependencia y que trunca nuestras capacidades individuales. La cultura paternalista de “el gobierno me resuelve” se ha hecho aún más patente luego de la crisis de los huracanes y de los terremotos, caldos de cultivo para reforzar el anclaje de la dependencia. Entonces se nos atraviesa la tormenta “perfecta” del COVID -19.
La pandemia ha dado lugar a que Puerto Rico quede inmerso en un círculo vicioso de mayor dependencia que circunvala entre estados de emergencia y órdenes ejecutivas, las cuales a su vez dependen de la permanencia de esta “pandemia”. Y así, el manejo de este suceso pandémico atípico se va tornando arbitrario y caprichoso en la medida en que la manipulación de las estadísticas y de la información son un recurso para mantener el propio ciclo que nos estanca. La realidad es que la toma decisiones incoherentes, apartadas de la propia ciencia e incluso del sentido común, así como la implementación de protocolos arbitrarios y medidas discriminatorias que dividen caprichosamente a un pueblo entre vacunados y no vacunado, tienen un efecto profundo en la vida y salud mental de los individuos y las familias.
Lejos de empoderar al ciudadano y proveerle el conocimiento necesario para tomar decisiones por sí mismo, este gobierno continúa entorpeciendo nuestras capacidades, nuestra inteligencia, nuestras libertades. Es tiempo de terminar de hablar de “pandemias”, es momento para detener el ciclo vicioso del estado de emergencia perpetuo, es buen momento para aprender a vivir con el COVID-19, como vivimos con la influenza.
Para salir de este círculo vicioso, el primer paso es confrontar al gobierno con la manipulación de los datos, comenzando desde el Gobernador y siguiendo con el secretario de salud. Después de todo ¿cómo es posible que, luego de recibir billones de dólares para combatir el COVID-19, el Departamento de Salud no pueda dar explicaciones claras y certeras sobre los números y las estadísticas de los casos de COVID-19 en la Isla? ¿Cómo es posible que la única solución “pandémica” sea forzar la vacuna al trágala? La información que nos brindan ha probado ser imprecisa y manipulada. Es tiempo de que el pueblo sepa la verdad para que pueda vivir sin pánico. El conocimiento veraz libera y empodera. ¡Podemos hacerlo!