Durante esos días se honraba a Saturno, y dentro de los festejos se acostumbraba intercambiar regalos, como ramas de laurel, muñecos de arcilla, joyas, frutas o dulces. Después de Cristo, la fiesta Saturnina pasó a ser pagana, pero aprovechando la popularidad de la fiesta más grande del Imperio Romano, se hizo coincidir con el nacimiento de Cristo, y la tradición de obsequiar continuó, pero ahora pensando en la Navidad. Otros sociólogos e historiadores creen que las personas comenzaron a dar regalos pensando en los obsequios que los reyes magos le llevaron a Jesús, y es la razón por la que antes sólo se acostumbraba dar obsequios a los menores. Ahora los regalos son parte importante de la Navidad, y los intercambios son comunes entre seres queridos y compañeros de trabajo.