En 2017, Polina Haeredinova, una niña de 11 años quien padece espina bífida conoció al famoso futbolista portugués Cristiano Ronaldo y la maravillosa experiencia le cambió la vida.
La niña rusa entró al campo de fútbol junto a Ronaldo en una silla de ruedas en la ceremonia previa al partido que disputaron Portugal y Rusia en el estadio del Spartak de Moscú de la pasada Copa Confederaciones.
En esa oportunidad intercambiaron regalos, y el jugador del Real Madrid le regaló su camiseta.
A un año de esa maravillosa experiencia la niña dijo durante una entrevista en el diario Récord de Portugal, que siempre estará agradecida con Cristiano, pues le cambió la vida y pudo alcanzar sus sueños.
La enfermedad de Polina le impide caminar, pero aún así juega al fútbol como portera.
El ejemplo de Cristiano Ronaldo impulsó a Polina a luchar, pero la Fundación Ronald McDonald también fue clave para que cumpliera su sueño ya que construyó un exoesqueleto para que pudiera ponerse de pie y dar algunos pasos.
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