Las vacunas contra el COVID-19 de Pfizer y Moderna posiblemente están vinculadas con unos muy pocos casos de dolor de pecho e inflamación cardíaca sufridos por algunas personas después de su aplicación, dijeron el viernes expertos de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés).
Las autoridades estadounidenses llegaron a una conclusión similar en junio. En una declaración el viernes, el regulador de medicamentos de la UE recomienda incluir los dos trastornos, la miocarditis y la pericarditis, como efectos secundarios en los rótulos de las vacunas juntamente con una advertencia a los trabajadores de salud y las personas que reciben las inyecciones.
La decisión se basó en un estudio de más de 300 casos de dolor de pecho e inflamación cardíaca entre más de 190 millones de dosis aplicadas en toda Europa. Las autoridades de salud dicen que los beneficios de las vacunas sobrepasan de lejos los bajos riesgos de efectos secundarios.
La EMA también recomienda a la gente que padece un trastorno inusual que provoca filtraciones en los vasos sanguíneos a que evite la vacuna de Johnson & Johnson. Los expertos estudiaron tres casos del síndrome de fuga capilar en personas que recibieron la vacuna de J&J: dos murieron poco después de la vacunación.
La agencia dice que se debería reconocer el síndrome como efecto colateral de la vacuna de J&J y aconseja advertir a los trabajadores de la salud.
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