El Congreso de Estados Unidos retomó ayer sus trabajos, luego de la primera gran victoria de la mayoría republicana este cuatrienio y el presidente Donald Trump, la aprobación de una reforma fiscal justo antes de Navidad.
Ahora, de cara a las elecciones legislativas de medio término que serán en noviembre, los republicanos se encuentran enfocados en lograr algunas victorias adicionales antes de que los votantes acudan a las urnas. La reciente victoria electoral del senador demócrata por Alabama, Doug Jones, impone un gran reto adicional a los republicanos, que ven ahora aún más acortado su dominio en el Senado, con 51 escaños de su lado, mientras los demócratas retienen 49.
A eso hay que sumarle divisiones internas que mantienen congelados varios proyectos, como sucedió con la reforma de salud. El reto mayor para los republicanos será lograr grandes reformas, proyectos que necesitan al menos 60 votos y para las cuales los republicanos necesitarían al menos nueve demócratas.
A corto plazo, el primer gran reto será lograr un acuerdo presupuestario antes del 19 de enero, para evitar un cierre parcial del gobierno. De aprobarse una ley, dicho acuerdo mantendría a flote el gobierno al menos hasta septiembre, cuando culmina el año fiscal, de lo contrario, continurían operando con medidas provisionales.
Inmediatamente después de las negociaciones de presupuesto, Trump dará su discurso de Estado de la Unión el 30 de enero. Se trata de una oportunidad de vender al país y al Congreso su agenda para este año.
La necesidad del voto demócrata le provee a la minoría en el Senado la oportunidad de ejercer presión sobre proyectos específicos, como una reforma migratoria.
El foco ahora mismo es el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), anulado por Trump el septiembre, aunque con una extensión hasta marzo, una estrategia del presidente para utilizar DACA como herramienta de negociación con los demócratas.
Precisamente ayer, el mandatario arremetió contra la minoría en el Congreso y afirmó en Twitter que “los demócratas no están haciendo nada por DACA”. Se prevé, sin embargo, que los demócratas intenten virar la estrategia y negociar los proyectos republicanos con una legislación migratoria.
Respecto a las promesas de campaña de Trump, la que sigue en agenda es la inversión en infraestructura, un plan que enfrentará división interna, dado que se prevé que los republicanos más conservadores exigirán recortes en distintas áreas del presupuesto, antes de aprobar nuevos gastos. Además, este año seguirá en agenda el desarrollo de un proyecto que permita reemplazar el Affordable Care Act con una nueva reforma de salud, otra de las promesas de Trump.
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