El título puede parecer sugestivo, más con la manera en que el tema ha dominado los titulares a nivel mundial, más cuando se vincula a Puerto Rico luego del huracán María.
Lo que pasa es que los frutos de esta práctica no se identifican bien a menos que se invierta en un proyecto físico — como bienes raíces o un negocio tipo start-up, por ejemplo—, o si te envuelves de lleno en el desarrollo de la tecnología como tal. Para ser algo tan abstracto, la criptoeconomía y el blockchain pueden resultar, de entrada, como una enredadera.
Y sí, se puede decir que hay piratas millonarios con cuchillos en la boca llegando a Puerto Rico, pero no necesariamente esto hace de estas tecnologías algo perverso. Las tecnologías no son las que tienen las malas o buenas intenciones.
“Blockchain es la tecnología como tal, y se divide en muchas implementaciones”, explicó a Metro el experto en blockchain Jonathan González, quien a través de esta tecnología desarrolla un proyecto con base en Puerto Rico, que ofrece seguros en contra de catástrofes.
“Pero la más grande ahora mismo a nivel mundial es la criptomoneda, que agrupa lo que son los tokens, y también otras más populares, como el bitcóin. Y lo otro son los smart contracts (contratos inteligentes)”, apuntó.
Precisamente, con los contratos inteligentes es que Jonathan y su otro socio boricua, Joel Martínez, han lanzado su empresa a través del sistema blockchain. Se trata de una aseguradora de catástrofe, a la que ha bautizado como Raincoat, que nació de la necesidad que vieron luego del paso del huracán María.
“Hasta hace unos meses encontramos que siete de cada 10 pólizas no se habían pagado, y eso para nosotros era absurdo. Nos pusimos a pensar en diseñar un sistema para evitar que eso volviera a suceder, porque, por la cultura ya existente entre las aseguradoras, se incentiva a que los pagos tarden. Esta es una forma en la que la tecnología de blockchain puede ayudar, porque descentralizamos la manera en que estos pagos se llevan a cabo”, indicó.
Según indica González, mediante el uso del blockchain los beneficiarios de seguros por catástrofe —en este caso huracanes— reciben sus pagos tan pronto los vientos huracanados llegan a cierta velocidad. Lo probaron de forma experimental con el huracán Michael, que recién azotó la Florida.
“Los pagos llegaban apenas el huracán tocaba las casas afectadas”, subrayó González.
He ahí una forma en la que la descentralización de la información y el dinero, mediante la tecnología de blockchain, sirve para ayudar al prójimo. Pero de nuevo, esto se trata de tecnología; los propósitos los ponen los individuos. Y cuando de individuos se trata, hay de todo en la viña del blockchain.
Como muchos entenderán, el término criptocololialismo es uno que se ha usado bastante en los pasados meses, al migrar a Puerto Rico una cantidad considerable de personas cuyas fortunas han llegado gracias a la criptoeconomía, que produce tokens como el famoso bitcóin. Muchas de estas personas han encontrado un refugio en Puerto Rico gracias a las leyes 20 y 22, que liberan de impuestos a millonarios que quieran llegar al archipiélago borincano con la intención de invertir y reproducir sus riquezas.
González señaló: “Puedo entender la perspectiva del llamado criptocolonialismo dentro del contexto político de Puerto Rico, pero lo que he palpado es que, de los miles de millonarios que han llegado por ley 20 y 22, muy pocos son de la criptoeconomía”.
Uno de los más afamados que buscan llamar a Puerto Rico hogar es el millonario Brock Pierce, magnate de bitcóin, cuya fortuna fue recientemente estimada por Forbes en casi un billón de dólares. Pierce y su séquito han promovido convenciones y reuniones en el área metropolitana y en el área oeste del país, en muchos casos de la mano del Gobierno de Puerto Rico.
Pierce, un exactor y desarrollador de videojuegos, también ha estado bajo fuego por su personalidad excéntrica y abrasiva, y por mencionar en distintos medios internacionales su intención de convertir a Puerto Rico en una “criptoeconomía”.
Pero eso está por verse. Tanto González como Javier Malavé, consultor de tecnología del Fidecomiso para la Ciencia, Investigación y Tecnología de Puerto Rico, consideran que por las condiciones de desenvolvimiento del mercado mundial todo es especulativo. De hecho, insistieron en que no todos los multimillonarios de Ley 20 y 22, especialmente los criptomillonarios, deben echarse en el mismo saco.
“Hay gente que quizás vengan con intenciones más personales, más allá de las de ayudar, eso pasa en todo. Nosotros no emitimos comentarios sobre si los criptomillonarios que vienen con estas leyes están bien o mal”, explicó Malavé.
“Lo que sí tengo que decirte es que lo de las leyes 20 y 22 no necesariamente se debe ver como algo malo, más si juntas inversiones que vengan de ahí en un kit con otras leyes, como la Ley 73 o la Ley 135, que es para ayudar a emprendedores jóvenes, y desarrollar el emprendimiento en encubadoras locales. Se puede encontrar éxito en la economía local”, agregó, indicando que a través del Fidecomiso para la Ciencia, Investigación y Tecnología de Puerto Rico desarrolla el proyecto Trust in Blockchain, enfocado en el desarrollo de emprendimiento local usando esta tecnología de la mano con otras inversiones internacionales, ya sean con fondos privados o gubernamentales.
Tanto González como Malavé recordaron que dentro de las criptomonedas existe una particular llamada dai y creada por la plataforma Aragon, que es considerada estable.
“Puede considerarse equivalente a un dólar”, explicó Malavé, indicando que esta modalidad es la más aceptada en formatos de tarjeta de crédito, como Visa.
Además de González y Malavé, hay otros que se han aventurado por su propia cuenta en búsqueda de un impulso en la criptoeconomía nacional.
“Coqui Cash es un network de treque para que se logre una criptoeconomía local en Puerto Rico”, explicó Luis A. García, fundador de Coqui Cash, un blockchain que desarrolló hace poco más de un año en la plataforma Komodo.
“Ahora mismo, hay cerca de 10 negocios aceptándolos, casi todos en el área oeste, mayormente en Rincón. Hemos ayudado a varias personas a entender mucho mejor lo que es la tecnología cripto y colaborado con varias organizaciones de criptomoneda. Hemos ayudado en hackathones para inspirar a jóvenes a desarrollarse en criptomonedas y también inspirado a otra gente a crear otra economía”, apuntó.
En cuanto a las bienes raíces, se dio un caso interesante en mayo pasado, cuando la plataforma de criptomoneda Swarm anunció un nuevo fondo tipo token al que bautizaron como el Viejo San Juan Token. Este fondo “tokenizado” incluye inversiones a tutiplén en bienes raíces en el Viejo San Juan y hasta en una finca agrícola de 48 cuerdas en Las Marías.
La moneda —desarrollada por la plataforma Swarm — empezará a venderse en junio, pero ya aparece su promoción. Según se indicó, forma parte del fondo Viejo San Juan Comunidad RE Fund.
Todo, sin embargo, dependerá de cómo se mueva el mercado. Un empresario local, Alan Mikhail Taveras, entiende la situación, aunque mostró una preocupación histórica ya vivida en Puerto Rico.
“Hay que ver cómo, finalmente, esta economía impacta, que no pase algo como lo que sucedió con las 936, cuándo se crearon farmacéuticas y un andamiaje que luego se cayó cuando se fueron las empresas, porque no se desarrolló. Esperamos que los que se queden ayuden realmente a largo plazo”, puntualizó Taveras, emprendedor y pionero de las encubadoras en Puerto Rico con su ya conocido Brands of Puerto Rico.