COPENHAGUE — Unos 45.000 niños nacidos en Irak bajo el régimen del grupo extremista Estado Islámico se ven excluidos de la sociedad porque el gobierno les niega documentación y papeles de identificación, según denunció el martes una organización benéfica internacional.
Estos menores, la mayoría en campos de desplazados, son “una posible bomba humana de tiempo”, indicó Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para Refugiados.
“Los niños indocumentados corren el riesgo de quedarse en los márgenes de la sociedad si no se resuelve este problema de inmediato. Esto socava seriamente las perspectivas futuras de los esfuerzos de reconciliación”, dijo Egeland.
“Instamos al gobierno a que se asegure de que los niños indocumentados tienen derecho a existir como cualquier otro ciudadano iraquí”, añadió, citando el reporte de 38 páginas de la organización sobre el caso.
Los niños nacieron en zonas controladas por el grupo EI entre 2013 y 2017, cuando a milicia dominaba casi un tercio de Irak. El gobierno iraquí considera que sus certificados de nacimientos no son válidos porque fueron emitidos por el grupo EI.
Después de que las fuerzas respaldadas por Estados Unidos derrotaran al grupo EI y los milicianos perdieran su autoproclamado “califato”, muchas familias del grupo EI y de civiles que vivían bajo control del grupo fueron enviados a campos para desplazados.
La organización con sede en Noruega señaló que sus equipos legales reciben de media 170 peticiones de ayuda al mes en casos de menores sin registrar, niños cuyos padres estaban indocumentados, están en una de las bases de datos de seguridad del gobierno o se cree que están afiliados al grupo EI.
Para las familias acusadas de tener lazos con el grupo extremista resulta casi imposible conseguir documentación para sus hijos, señalo Egeland, lo que supone un castigo colectivo para miles de niños inocentes.
“Los niños no son responsables de delitos cometidos por sus familiares, sin embargo muchos ven negados sus derechos fundamentales como ciudadanos iraquíes”, dijo.
Sin documentación, estos niños no tienen acceso a educación ni sanidad, no se les permite matricularse en escuelas y sus madres no pueden conseguir ayuda que necesitan. Se les niega “simplemente el derecho a existir”, dijo Egeland.
Proporcionar a estos niños derechos básicos como la educación y la sanidad es “clave para asegurar un futuro sostenible para ellos y para el país”, añadió.
“Una sociedad no puede estar en paz si permite una generación de niños sin estado en su territorio”, concluyó.