El avión cisterna más grande del mundo aterrizó el viernes en Bolivia para combatir los incendios forestales que afectan a más de 744,000 hectáreas de bosques, cultivos y pastizales en el oriente del país.
El presidente Evo Morales acudió a la ayuda de esta aeronave estadounidense para sofocar el fuego más crítico que lleva más de 10 días en el bosque de la Chiquitanía, a unos 800 kilómetros al suroeste de La Paz y rico en biodiversidad. La zona está cerca del pantanal que comparte con Brasil y es frontera con Paraguay, países donde también hay focos.
Los incendios se centran en la región de Santa Cruz, motor agroindustrial de Bolivia, cuyo gobernador Rubén Costas declaró la zona de desastre. Pero también se registran en la región amazónica del Beni, fronteriza con Brasil.
En la madrugada llegó al aeropuerto de Viri Viru el Boeing 747-400 Súper Tanque, una aeronave cisterna con una capacidad de entre 75.000 y 100.000 litros de agua y materiales que ayudan a sofocar los incendios.
Recientemente el ministro de Defensa, Javier Zavaleta, informó que se cuantificó una superficie incendiada de 744.711 hectáreas.
“Una cosa es clara: Santa Cruz está en llamas”, dijo Douglas Morton, científico del Sistema de la Tierra de la agencia espacial estadounidense NASA.
“Son aquellas áreas que solían ser un bosque de sabana y ahora se convierten en un área que se maneja con soja y maíz… Bolivia tiene las mismas características que los incendios que estamos viendo en todo el mundo, como también pasa en Brasil”, agregó Morton.
Morales ha sido muy cuestionado por su decreto que amplió la frontera agrícola en 250.000 hectáreas adicionales al 1,3 millón que se utilizan para producir biodiesel y por el desmonte y la quema controlada en las regiones de Santa Cruz y Beni.
En la nación andina los incendios forestales suelen ser consecuencia de la quema de pastizales para habilitar nuevas pasturas que en muchas ocasiones se salen de control. Estas quemas afectaron en lo que va del año a 953.000 hectáreas, según la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras.
Bolivia pierde anualmente 350.000 hectáreas de bosque por la deforestación legal y clandestina, de acuerdo con un estudio del Centro de Documentación e Información Bolivia.
“Las autoridades no han tomado en cuenta las alertas climatológicas, la sequía ha aumentado, la humedad era escasa, no era momento de iniciar la quema”, dijo a The Associated Press Verónica Ibarnegaray, directora de proyectos de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN).
“En esta época los vientos son fuertes y no es aconsejable prender fuego”, explicó el gobernador Costas.
Otra de las causas son los asentamientos de nuevos colonos. En noviembre del año pasado, en la región afectada, hubo fuertes protestas que llevaron al gobierno a suspender esos asentamientos.
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Desde Chile el presidente Sebastián Piñera dijo que se comunicó con sus colegas de Brasil, Jair Bolsonaro, y con Morales para brindar la ayuda necesaria, según escribió en su cuenta de Twitter.
“Los incendios forestales en Amazonas son graves, afectan los pulmones de nuestro planeta y ponen en riesgo la salud de sus habitantes”, agregó.