En el 2015, inconforme con nuestra realidad y reconociendo la crasa incompetencia de la vieja política, aspiré a la gobernación como candidata independiente. Sin usar fondos públicos y gastando menos de un 1 % de lo que gastaron los candidatos del PPD y el PNP, logramos convertirnos en la tercera fuerza política más grande en la historia del país. Más importante aún, lo hicimos asumiendo posturas, sin miedo al costo electoral que, en muchas ocasiones, acarrea decir la verdad.
Cuatro años más tarde, es mucho lo que he escuchado, aprendido y caminado. En el trayecto, me he encontrado con muchas personas honestas, valiosas y comprometidas con el país. De igual forma, me he convencido de que si continuamos luchando cada uno por su lado, jamás podremos construir el país que anhelamos, y que solo si nos unimos bajo la bandera de la indignación contra los irresponsables que nos han traído hasta aquí, podremos darnos una nueva oportunidad.
El pasado martes me hice disponible para aspirar nuevamente al más alto cargo político del país desde el Movimiento Victoria Ciudadana. Esta vez, con la certeza de que somos la mayoría y de que somos capaces de construir otro país: un mejor país.
Hoy sé que cada sacrificio valdrá la pena si se trata de rescatar nuestra educación pública y nuestra universidad; si con ello podemos garantizarles un retiro digno a nuestros viejos; si nos permite desarrollar nuestra agricultura y las oportunidades de nuestros comerciantes mientras le garantizamos empleos y salarios dignos a nuestra gente. Valdrá la pena si se trata de que ni una sola mujer más muera a causa de un infeliz que se cree dueño de su vida; si conseguimos proteger nuestros recursos naturales y ambientales y si logramos que regresen los que se han ido. Valdrá la pena, si en un futuro cercano conseguimos librarnos de la Junta de Control Fiscal, de la deuda fraudulenta y del coloniaje que nos oprime.
En fin, si hoy regreso a las trincheras, es porque estoy totalmente convencida de que valen la pena los sacrificios que hacemos y los que haremos, si con ello acabamos con el reinado nefasto del Partido Popular Democrático y el Partido Nuevo Progresista y con todo lo que ambos significan.