Ante el aumento de casos de COVID-19 reportados en Puerto Rico, el Municipio de Cabo Rojo anunció hoy el cierre total de las playas y un toque de queda a partir de las 7:00 de la noche, hasta el 26 de julio.
De acuerdo con la orden ejecutiva, se establece un Toque de Queda de 7:00 p.m. a 5:00 a.m.
Se informa además que los domingos 19 y 26 de julio todo comercio permanecerá CERRADO con excepción de gasolineras, farmacias y panaderías.
Todas las barras, playas y rampas de botes localizadas en los términos jurisdiccionales de Cabo Rojo quedarán cerradas al público hasta el 26 de julio de 2020, inclusive.
Se permitirá la entrada de clientes a comercios y facilidades en una ocupación del 50% de su capacidad máxima.
Mira la orden
Cabo Rojo es uno de los varios municipios que han impuesto sus propias medidas ante el aumento drástico de casos de coronavirus.
Otro de ellos fue el municipio de Yauco, Ángel Luis Torres Ortiz, quien según reportó Radio Isla, anunció que emitiría una orden para cerrar barras y que los restaurantes solo operen a través de órdenes para llevar (“carry out”).
Asimismo, el alcalde de Camuy, Gabriel “Gaby” Hernández, informó diversas medidas ante el incremento de casos, entre ellas el cierre en comercios camuyanos a partir del lunes, 13 de julio de 2020, hasta el miércoles 22 de julio. Los establecimientos podrán operar hasta las 7:00pm. Establecimientos dedicados a la venta de comidas siempre y cuando ofrezcan servicios de “delivery” y/o “carry-out” podrán operar exclusivamente bajo esas modalidades hasta las 9:00pm.
Además, en Camuy se cerrará el comercio los domingos, solo podrán operar farmacias, gasolineras y panaderías.
Por su parte, el alcalde de Villalba, Luis Javier Hernández “estamos ampliando la campaña de orientación con los comerciantes. Ya salió una guagua de sonido que va a salir todas las tardes por los comercios que hemos identificado que hay quejas de que no están utilizando las mascarillas ni el distanciamiento”.
Mientras, el alcalde de Barranquitas, Elliot Colón Blanco, anunció que en el caso de los establecimientos de venta de bebidas alcohólicas podrán operar durante los horarios permitidos en el toque de queda, siempre y cuando su operación se mantenga por debajo del setenta y cinco por ciento (75%) de la ocupación máxima definida por el código de edificación vigente en Puerto Rico.
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