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Sobre 260 escuelas públicas se preparan para abrir desde el jueves

La reapertura continúa dependiendo de que el Departamento de Salud emita un protocolo con criterios más flexibles para la educación presencial.

El secretario interino del Departamento de Educación, Eliezer Ramos Pares, anticipó que al menos 262 escuelas públicas podrían recibir estudiantes nuevamente a partir de este jueves, lo que incluiría planteles ubicados en municipios que, bajo los parámetros todavía vigentes, el Departamento de Salud cataloga como de alto riesgo de transmisión de Covid-19.

La apertura de planteles en todas las regiones del país iría a tono con lo que se espera sea un protocolo salubrista “revisado” por el Departamento de Salud y que priorizaría el regreso a las clases presenciales mediante la flexibilización de los criterios a tomarse en cuenta. Bajo el protocolo actual, las escuelas en los 62 municipios en nivel crítico de contagios no podrían abrir sus salones.

“La semana pasada hablamos de 262 escuelas y ya hemos dado instrucciones de continuar ese proceso de certificación para seguir sumando escuelas y, en la medida que el protocolo de Salud lo permita, que pueda haber más escuelas abriendo paulatinamente sin necesidad de que se den instrucciones adicionales a esto”, subrayó Ramos Parés.

El secretario interino detalló que, de las 262 escuelas, 109 cuentan con la certificación final del Departamento de Salud, mientras otras 153 han autocertificado que cumplen con los requisitos del protocolo vigente, pero no han recibido la visita de expertos en salud que así lo validen. Ramos Parés señaló que no tenía disponibles los datos correspondientes a escuelas privadas.

Si bien el pasado miércoles el secretario designado de Salud, Carlos Mellado, adelantó que la agencia reevaluaría los criterios utilizados para ordenar cierres o aperturas escolares, a modo de alinearlos con las recomendaciones más recientes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), hasta la fecha no se han publicado las guías.

Las escuelas, tanto públicas como privadas, han estado limitadas a ofrecer educación a distancia desde la semana del 12 de abril, luego de que el informe semanal del Sistema de Vigilancia Escolar señalara, a base de los indicadores de tasas de contagios y pruebas positivas al virus, que el país se encontraba, en términos generales, en un nivel crítico de transmisión.

Ramos Parés admitió que bajo el protocolo actual sería imposible abrir las escuelas en la mayor parte de los municipios.

“En los próximos días vamos a estar viendo cambios en esa dirección (flexibilizar). Así que por eso estamos haciendo el llamado a que todas nuestras escuelas que ya tienen certificación se vayan preparando y puedan participar de estas reuniones […] Ya el nivel en que se encontraba Puerto Rico ha comenzado a descender. Hemos visto un descenso en los contagios, en el número de positivos y hospitalizaciones. Eso comienza a flexibilizar un poco la generalidad del país. En términos de escuelas y municipios es que vamos a estar viendo cambios en cómo eso empieza a flexibilizarse también”, sentenció el funcionario.

¿Se harán pruebas esta vez?

Aunque los CDC, en sus guías emitidas el 19 de marzo, enfatizan que las escuelas deben ser los últimos espacios en abrir y los primeros en cerrar cuando los gobiernos consideran restricciones para evitar contagios, igualmente sostiene que las aperturas deben estar acompañadas de prácticas de prevención, como la realización de pruebas diagnósticas entre la población escolar, un elemento que, pese a estar incluido en el protocolo que el Departamento de Salud elaboró en febrero, no se implementó en el periodo de marzo a abril en que se ofreció educación presencial, como reseñó el Centro de Periodismo Investigativo.

Ramos Parés reconoció que los departamentos de Salud y Educación incumplieron en ese aspecto, pero aseguró que, en esta nueva reapertura, se tomarán las previsiones para realizar pruebas que ayuden a identificar potenciales brotes escolares.

“Se van a realizar. Es una de las áreas que va a tener enmiendas en el protocolo que Salud está revisando. Esa frecuencia va a depender de los niveles de contagio en el municipio y cómo sea la tendencia en la propia escuela. Las pruebas no se habían hecho, te lo confirmo, es algo que comenzamos diálogo con el secretario de Salud la semana pasada (y) estamos viendo distintas alternativas como son la identificación de laboratorios cercanos a cada una de las escuelas y en cada municipio o la interacción de esos laboratorios con nuestro equipo de enfermeras debidamente adiestrado. Es algo que estamos evaluando y esperamos que en los próximos días nos den respuesta para poder comunicar a todo el personal y estén tranquilos de que esto se va a estar haciendo”, sostuvo el abogado, que ostenta en propiedad el cargo de secretario asociado de Educación Especial.

El protocolo del 19 de febrero detalla que las escuelas abiertas debían hacer pruebas diagnósticas de forma aleatoria a al menos el 10% de su estudiantado. Los salones debían cerrar si se detectaban al menos dos casos positivos, mientras que la escuela estaba en la obligación de regresar a la enseñanza exclusivamente virtual si se identificaban dos o más brotes en el plantel.

La flexibilización de los criterios, sin embargo, no abarcará, por ahora, la cantidad de estudiantes por salón o plantel, ni los grados que podrían retomar la enseñanza presencial. Es decir, en el sistema público se continuará dando prioridad a estudiantes de kínder a tercer grado, cuarto año y de educación especial. Las escuelas privadas sí tienen autorización para acoger estudiantes de otros grados, siempre y cuando la capacidad de los salones permita implementar el distanciamiento físico.

“Tenemos una población que está pidiendo regresar a nuestras escuelas. Más allá de lo que son clases como típicamente las conocemos, la escuela tiene una función de desarrollo integral, sobre todo en lo socioemocional. Que nuestros psicólogos, nuestros trabajadores sociales puedan palpar el estado de cada uno de estos estudiantes para nosotros es sumamente importante. Que esas necesidades se puedan identificar para poder canalizar las ayudas que, ya sea los estudiantes o sus familias, así lo requieran”, manifestó Ramos Parés, al subrayar que, hasta marzo, unos 37,000 estudiantes se encaminaban a fracasar en el presente año académico.

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