Decenas de calamares hawaianos están en el espacio para un estudio. Estos fueron criados en el Laboratorio Marino Kewalo de la Universidad de Hawai y lanzados al espacio este mes en una misión de reabastecimiento de SpaceX a la Estación Espacial Internacional.
La investigadora Jamie Foster, quien concluyó su doctorado en la Universidad de Hawai, estudia cómo afectan los vuelos espaciales a los calamares, con la esperanza de utilizar los conocimientos adquiridos para reforzar la salud humana durante las misiones espaciales largas, reportó el lunes el periódico Honolulu Star-Advertiser.
El calamar tiene una relación simbiótica con bacterias naturales que ayudan a regular su bioluminiscencia.
Cuando los astronautas se encuentran en entornos con bajos niveles de gravedad, la relación de su cuerpo con los microbios cambia, señaló Margaret McFall-Ngai, profesora de la Universidad de Hawai que le dio clases a Foster en la década de 1990.
Ahora Foster da clases en Florida y es la principal investigadora de un programa de la NASA que estudia cómo la microgravedad afecta las interacciones entre los animales y los microbios.
Foster dijo que entender lo que le ocurre a los calamares en el espacio podría ayudar a resolver los problemas de salud que enfrentan los astronautas.
El Laboratorio Marino Kewalo cría a los calamares para proyectos de investigación de todas partes del mundo. Los diminutos animales abundan en las aguas hawaianas y llegan a medir 7,6 centímetros (3 pulgadas) cuando son adultos.
Los calamares volverán a la Tierra en julio.