El huracán Grace azotó el sábado la costa mexicana en el Golfo de México como una fuerte tormenta de Categoría 3 y penetró en el territorio, causando lluvias en la región y el interior en la segunda vez que toca tierra en el país en dos días. Al menos ocho personas han muerto, indicaron las autoridades.
La tormenta había perdido fuerza cuando cruzó el jueves la península de Yucatán, donde afectó la principal franja turística de México, pero adquirió fuerza rápidamente debido a las aguas relativamente cálidas del Golfo de México antes de alcanzar de nuevo la costa mexicana el viernes por la noche.
Al menos ocho personas perecieron, entre ellas niños, y tres se encuentran desaparecidas a causa de los deslaves e inundaciones, dijo Cuitláhuac García, gobernador del estado de Veracruz. García señaló que 330.000 personas se quedaron sin electricidad debido a la tormenta y la energía es restablecida en forma gradual.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos informó que Grace había perdido fuerza y se ha degradado a tormenta tropical durante su avance por la zona central montañosa de México, al este de la capital del país, y se había disipado después a media tarde.
La tormenta causó el desbordamiento de ríos y deslaves en varias partes y fue necesario realizar evacuaciones, según las autoridades de Veracruz.
En la localidad costera de Tecolutla, Esteban Domínguez observaba las ruinas en que fue convertida su casa. Dijo que la vivienda de su familia había resistido un huracán anterior, pero esta vez los muros no soportaron los embates.
Domínguez señaló que la noche fue espeluznante y preocupante porque había rebasado lo normal.
Horas antes de tocar tierra el viernes, Grace causó vientos fuertes, oleaje alto y lluvia en las comunidades veracruzanas de Tuxpan, Poza Rica, Xalapa y el puerto de Veracruz, así como en localidades costeras en los estados de Tabasco y Tamaulipas, afirmó el Servicio Meteorológico Nacional de México.
Algunos pescadores sacaron sus embarcaciones del mar y las llevaron hacia el interior para evitar que sufrieran daños, y los comerciantes tapiaron con madera las ventanas y vidrieras de sus locales para protegerlos.
El huracán pasó el jueves cerca de Tulum, una ciudad turística célebre por sus ruinas mayas en Yucatán al lado del mar. Algunas familias vivieron horas de terror en sus refugios debido a las ramas que caían y escombros que salían disparados.
