Bill Clinton evoluciona bien y pronto recibirá el alta en el hospital del sur de California donde está siendo tratado por una infección, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
En declaraciones en la Universidad de Connecticut, Biden dijo el viernes que había hablado con el expresidente y que “les envía saludos”.
“Está bien, realmente lo está”, afirmó Biden.
“No está en un estado grave”, agregó el mandatario. “Según tengo entendido, saldrá pronto. Si es mañana o al día siguiente, no lo sé”.
Clinton, de 75 años, ingresó el martes en el Centro Médico Irvine de la Universidad de California, al sureste de Los Ángeles, con una infección no relacionada con el COVID-19, explicó su vocero.
Según un asistente, el expresidente padecía una infección urinaria que se extendió a su torrente sanguíneo, pero se está recuperando y nunca entró en shock séptico, una condición potencialmente letal.
El vocero de Clinton, Angel Ureña, explicó el viernes que seguiría hospitalizado durante la noche para recibir más antibióticos por vía intravenosa.
“Todos los indicadores de salud van en la dirección correcta, incluyendo su conteo de glóbulos blancos, que ha bajado significativamente”, señaló Ureña en un comunicado.
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“El presidente Clinton sigue estando de excelente humor y está profundamente agradecido por la excelente atención que está recibiendo y por los buenos deseos que la gente le ha enviado desde todo Estados Unidos y de todo el mundo”, agregó la nota.
El asistente, que habló con reporteros en el hospital bajo condición de anonimato, dijo que Clinton estaba en el ala de cuidados intensivos del hospital aunque no estaba recibiendo atención UCI.
Clinton estaba leyendo libros y seguía la cobertura televisiva de su hospitalización, agregó. Hillary Clinton estaba con él en el hospital, aunque no su hija, Chelsea Clinton.
En los años posteriores a su salida de la Casa Blanca en 2001, Clinton tuvo algunos problemas de salud. En 2004 se sometió a una cirugía de cuádruple desvío coronario después de sufrir dolores de pecho prolongados y problemas para respirar. Fue hospitalizado nuevamente en 2005 por un pulmón colapsado parcialmente, y en 2010 le implantaron un par de stents en una arteria coronaria.
Respondió sometiéndose a una dieta principalmente vegana con la que perdió peso y reportó un mejor estado de salud.
Clinton volvió una y otra vez a la primera línea, buscando el voto para los candidatos demócratas, especialmente para su esposa Hillary durante su fracasada campaña por la nominación presidencial en 2008. Ocho años más tarde, con la exsecretaria de Estado convertida en aspirante demócrata a la presidencia, Clinton, que para entonces ya era abuelo y rondaba los 70 años, volvió a hacer campaña.