Una auditoría integral de la deuda pública examinaría y evaluaría, entre otras cosas, todo el proceso que dio origen a la deuda. Esto incluiría determinar la fiabilidad y razonabilidad de los datos de contabilidad, y además, su legalidad, legitimidad y transparencia. Luego de una auditoría integral, habría que determinar qué porción de esa deuda legítima sería sostenible. Es decir, determinar qué porción de esa deuda pública pudiera pagarse por un gobierno sin poner en riesgo a la ciudadanía, los servicios esenciales, la salud y la vida misma. Entonces y solo entonces, pudieran comenzar a darse las conversaciones de negociación sobre el pago de la deuda que- en todo proceso de quiebra- tiene que tener como principio permitirle al deudor (en este caso el gobierno de Puerto Rico) un nuevo comienzo (fresh start).
Las administraciones Partido Nuevo Progresista (PNP) y Partido Popular Democrático (PPD) no auditaron la deuda, no negociaron desde la sostenibilidad y no pusieron los intereses de la ciudadanía primero: negociaron a favor de los bonistas. Estas administraciones le han dado la espalda al pueblo y han negociado para pagarle la mayor cantidad posible a los bonistas a costa de los servicios públicos y el bienestar general de la ciudadanía.
Sin embargo, no tenemos que resignarnos. A pesar de que el gobierno y el comentariado insiste en complacer a la Junta de Control Fiscal y a los bonistas a costa del pueblo, la historia demuestra que la presión del pueblo funciona. Sin embargo, no tenemos que resignarnos. A pesar de que el gobierno y el comentariado insiste en complacer a la Junta de Control Fiscal y a los bonistas a costa del pueblo, la historia demuestra que la presión del pueblo funciona. En el año 2019, la Junta de Control Fiscal determinó que el pueblo debería pagar el 80 % de la deuda de la AEE, un Plan de Ajuste de la Deuda de la AEE tan desbalanceado a favor de los bonistas que hasta el gobierno tuvo que oponerse. Luego, la Junta bajó la deuda hasta un 62 %. Y ahora, debido a las denuncias, las protestas, la resistencia y las movilizaciones del pueblo, la Junta redujo la deuda a un 25 %. Sigamos resistiendo: ¡el pueblo antes que la deuda!