Opinión

Maduro y Bad Bunny

Lee aquí la columna del periodista y director de programación de NotiUno

Hoy, jueves, quedan exactamente dos meses para las elecciones generales, y la discusión política se vuelve más interesante por los elementos tradicionales que traen estos procesos, pero más que cualquier cosa, por los no tradicionales.

Hace unas semanas expresaba en Metro y NotiUno 630 que el tema de Venezuela y lo que ocurre con el dictador Nicolás Maduro sería uno extenso, y que salpicaría la discusión de las elecciones locales.

Ya ha pasado poco más de un mes de que se celebraran las elecciones venezolanas, donde se declaró, sin ninguna evidencia, a Nicolás Maduro como presidente reelecto del país.

Como he explicado anteriormente, la cercanía y conexión de la alianza independentista entre el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) con el gobierno de Venezuela, desde Hugo Chávez hasta Nicolás Maduro, hacen que el tema sea atractivo para la opinión pública. La alianza independentista ha mostrado incomodidad a la hora de discutir el tema y se han negado a condenar las acciones de Maduro, así como describirlo con la palabra “dictador”.

Cuando el tema de Venezuela parece mermar, algo ocurre que vuelve a ponerse en el spot.

El pasado lunes, el gobierno de Estados Unidos incautó un avión que, según ha trascendido, pertenece a Nicolás Maduro. La lujosa aeronave, que ha sido fotografiada en el último año en Cuba y China, debió costar unos 13 millones de dólares al momento de ser adquirida. Estos gustos por el lujo de estos dictadores contrastan con sus discursos socialistas que pregonan para llegar y aferrarse al poder. Son los primeros que marcan la diferencia entre “yo presidente” y “ustedes el pueblo”, viviendo lujos mientras la ciudadanía pasa miseria. La alianza independentista del PIP y MVC pueden argumentar, con toda razón, que igual pasa en Puerto Rico, donde un sector de la clase política tiene un estilo de vida distinto al que tienen las personas de menos recursos. De hecho, no existe lugar en el mundo donde eso no pase. ¿No recuerdan los videos de la opulencia en la que vivía Fidel Castro, ni los lujos excesivos de sus hijos viajando el mundo? O sea, en la mente de estos tipos, el socialismo es para el pueblo, no para ellos.

Ahora, el asunto es que lo condenan aquí como algo negativo (que lo es); cuando lo hacen sus camaradas, miran hacia al lado y comienzan al silbar. No ven problema con el concepto de “socialismo solo para el pueblo”, y su silencio lo evidencia. No pueden excusar el silencio argumentando que eso es asunto interno de Venezuela y que no se debe opinar, porque cuando Israel ataca la Franja de Gaza, ahí se les suelta la lengua y llaman asesinos a los israelíes. En Israel se pueden meter, pero en Venezuela, Cuba y Nicaragua no. Es un doble discurso que ni siquiera se molestan en disimular.

Otra nota que destaca esta semana son unas expresiones del intérprete Bad Bunny, también dirigidas al proceso electoral y en las que indirectamente pareciera endosar al candidato Juan Dalmau. También, habló de “matar al PNP” y que la candidata de este partido, Jenniffer González, es una “embustera”, una “mentirosa”. Sobre este último aspecto, es obvio que se refiere a que la también comisionada residente dice una cosa hoy y otra mañana.

Él tiene todo el derecho a respaldar a quién entienda, e igual derecho a votar por quien desee. Su expresión de “matar al PNP” va en la dirección de eliminarlo como opción para gobernar, y quien lo tome con otro ángulo, pues se equivoca. Ahora bien, con esa expresión muestra inmadurez a la hora de entender la responsabilidad que tiene como figura pública y el impacto de sus expresiones. Sé que para algunos puede ser cool proyectar rebeldía y que se es “el más jodón”, pero en un país tan polarizado donde cada vez la intolerancia es la orden del día, hay que tener juicio y entender que hay palabras que son incendiarias. Es lo menos que necesita nuestra sociedad.

Sin embargo, como se dice una cosa, hay que reconocer otra. Contrario a esa expresión inmadura, su invitación a los jóvenes a inscribirse y utilizar las urnas como la herramienta más poderosa para protestar y lograr cambios fue correcta y responsable. A mí no me importa ni me preocupan sus invitaciones a que se vote a favor de… o en contra de…, lo importante es que se sepa la responsabilidad que tiene en sus manos como figura seguida por millones de jóvenes y aportar al entendimiento de la política, la importancia de inscribirse, de votar, sin ser incendiario porque al final los políticos son iguales.

Cuando hablo de responsabilidad lo digo porque expresiones incendiarias a quien queman es a los puertorriqueños, que terminan peleándose entre ellos mientras los políticos se turnan el poder. En Puerto Rico, el PIP no ha gobernado, pero uno debe mirar como referencia comportamientos para ver el carácter de quienes aspiran a gobernar y comparar.

La colectividad independentista le votó en contra a uno de los suyos para secretario del Trabajo y para juez porque apoyó a un candidato no pipiolo en las elecciones de 2012, le votaron en contra a una mujer presidenta del Tribunal Supremo de Puerto Rico abiertamente gay porque es de otro partido, y así con muchos otros. ¿No es ese el comportamiento que critican?, ¿poner por encima la política partidista a las capacidades y aportaciones que pueda tener un puertorriqueño para servirle al pueblo?

El silencio y la timidez a la hora de condenar los abusos de gobiernos dictatoriales porque esos dictadores son camaradas, ¿no es también el comportamiento del PPD y el PNP cuando alguno de los suyos son señalados?

O sea, si fallan en lo fácil, ¿cómo convencernos de que son realmente distintos?

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