Miles de personas, entre ellas el canciller Olaf Scholz y su ministra de relaciones exteriores, protestaron el domingo en Alemania contra la ultraderecha, tras un informe de que los extremistas se reunieron recientemente para discutir la deportación de millones de inmigrantes, entre ellos ciudadanos alemanes, en caso de asumir el poder.
Hubo protestas en Potsdam, en las afueras de Berlín, y en la Puerta de Brandenburgo en la capital alemana. Se realizaron tras una manifestación del sábado en la ciudad occidental de Duisburgo.
Scholz y la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, representan el área de Potsdam en el parlamento alemán, y Baerbock dijo a la agencia de noticias alemana dpa que asistió a la manifestación allí como una de los miles de ciudadanos “que defienden la democracia y se oponen al viejo y nuevo fascismo”.
La semana pasada, el medio de periodismo de investigación Correctiv reportó la supuesta reunión de ultraderecha de noviembre, a la que, según señalaron, asistieron figuras del extremista Movimiento Identitario y del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, o AfD. Un miembro destacado del Movimiento Identitario, el ciudadano austriaco Martin Sellner, presentó su visión de “remigración” para las deportaciones.
El alcalde de Potsdam, Mike Schubert, dijo que “estos planes recuerdan el capítulo más oscuro de la historia alemana”.
AfD ha tratado de distanciarse de la reunión, señalando que no tenía ningún vínculo organizativo o financiero con el evento, que los miembros que aparentemente asistieron lo hicieron a título puramente personal y que no era responsable de lo que se discutió allí.
El furor ha provocado algunos llamados para que Alemania considere prohibir a AfD, que se ha movido constantemente hacia la derecha desde su fundación en 2013. Muchos de sus oponentes se han manifestado contra de la idea, argumentando que el proceso será largo y que el éxito es muy importante. incierto y podría beneficiar al partido al permitirle asumir un papel de víctima.