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Apuestan a la reproducción en cautiverio para salvar al único sapo endémico de Puerto Rico

Fueron liberadas más de 20 mil crías del sapo concho entre las áreas de Río Encantado, Cueva El Convento y El Tallonal

Miles de crías del sapo concho puertorriqueño (PRCT, por sus siglas en inglés) son enviadas anualmente desde Estados Unidos a la isla como parte de los esfuerzos para proteger esta especie, clasificada a nivel federal como amenazada, y en peligro de extinción en el foro estatal.

Dustin Smith, presidente del Grupo Asesor Taxonómico de Anfibios (TAG, en inglés) de la Asociación de Zoológicos y Acuarios (AZA), indicó que el Conservatorio del Sapo Concho Puertorriqueño (PRCTC), una entidad creada y gestionada por Fort Worth Zoo, Henry Doorly Zoo y North Carolina Zoo, es la responsable de administrar el programa de cría en cautiverio del anfibio.

“Organizamos múltiples eventos de cría cada año y enviamos miles de renacuajos para su liberación. También, trabajamos con genetistas para maximizar el potencial de las crías, con el objetivo a largo plazo de mantener un 90% de diversidad genética durante al menos 100 años”, precisó .

Por su parte, Jan P. Zegarra, biólogo del Programa de Especies en Peligro de Extinción de la Oficina de Servicios Ecológicos del Caribe del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS, en inglés) explicó que, además de la única población natural restante del sapo concho en el Bosque Estatal de Guánica (BEG), conocido como Bosque Seco, se ha introducido otra en Manglillo Grande, también dentro de ese espacio natural.

Del mismo modo, especificó que se formaron tres nuevos grupos en el Área Natural Protegida Cueva El Convento, en Guayanilla; Río Encantado, en Ciales; y Hacienda La Esperanza, en Manatí, zonas gestionadas por la organización Para La Naturaleza (PLN). Asimismo, se estableció una población en la reserva natural privada El Tallonal, en Arecibo, administrada por Ciudadanos del Karso (CDK).

“Ya hemos visto cómo los sapos se adaptan y se reproducen en estas áreas protegidas. Gracias a nuestros colaboradores, podemos establecer poblaciones nuevas para continuar con la recuperación del sapo concho”, destacó Zegarra.

El programa de reproducción en cautiverio del sapo concho existe desde la década de 1980. El año pasado, se liberaron más de 20 mil renacuajos distribuidos entre las áreas de Río Encantado, Cueva El Convento y El Tallonal.

Actualmente, 17 instalaciones de AZA, incluyendo Buffalo, Brookfield, Cleveland, Dallas, Detroit, Disney’s Animal Kingdom, Fort Worth, Jacksonville, Miller Park, Nashville, Carolina del Norte, Omaha, Potter Park, San Antonio, Queens, Miami y Tampa, crían sapos concho para su liberación.

Del laboratorio a la naturaleza

Según Diane Barber, fundadora y presidenta del PRCTC, el proceso para reproducir sapos concho en cautiverio se debe coordinar de manera cuidadosa para evitar errores. La científica detalló que el trámite también incluye evaluaciones genéticas.

“Todas las reproducciones se coordinan para que ocurran al mismo tiempo. Hasta cuatro zoológicos reproducen por cada liberación programada. El coordinador (del proyecto) publica un cronograma cada mes de enero para que las instituciones sepan quiénes se reproducirán y qué parejas de sapos se identifican como genéticamente apropiadas para la reproducción”, desglosó Barber.

Por otro lado, Smith agregó que los animales son examinados por veterinarios para asegurarse de que estén sanos. Una vez completado este proceso, los sapos pasan por un procedimiento llamado “ciclado”, el cual consiste en simular las condiciones ambientales naturales, como cambios en la temperatura y la humedad, para inducir su comportamiento reproductivo.

“Pasamos por un proceso para ciclarlos y prepararlos para la crianza, antes de colocarlos en tanques de crianza, que tienen un sistema de nebulización para replicar una tormenta. Si esto tiene éxito, ponen huevos durante la noche y estos eclosionan dentro de 24 a 48 horas”, mencionó.

Una vez los huevos eclosionan, los centros cuidan de los renacuajos durante un período de una semana y media a dos semanas antes de enviarlos a Puerto Rico.

“El coordinador informa cuántos renacuajos se esperan para la liberación y confirma las fechas de envío. Los renacuajos se empacan en bolsas llenas de agua, al igual que los peces, y se envían a San Juan mediante FedEx, donde son recogidos y llevados al sitio de liberación”, abundó Barber.

Llegada a Borinquen

Hasta la fecha, se han liberado más de 800 mil crías, y una de las organizaciones que contribuye a la creación de nuevas poblaciones del sapo concho es PLN.

En conversación con Metro Puerto Rico, Glorimar Toledo Soto, coordinadora de proyectos de conservación y biodiversidad de PLN, aseveró que la entidad se unió al proyecto de recuperación como parte de una solicitud del USFWS y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) “para identificar, en nuestros espacios, áreas protegidas que eran hábitat del sapo concho o zonas donde se podían construir estas charcas para hacer la liberación de renacuajos”.

Entre 2009 y 2012, PLN identificó y diseñó charcas de liberación y reproducción en tres de sus espacios protegidos, y, desde 2012, han liberado 370,726 renacuajos en 43 eventos. Igualmente, se confirmó que, en la región sur, protegida por la organización, se reportaron sobre 25 reproducciones naturales durante 2024.

Entretanto, Ernesto Olivares, coordinador de manejo para la región sur de PLN, reveló que cuentan con espacios designados para la reintroducción de la especie. “Tenemos dos charcas que están destinadas a la mejoría de la especie. Una de estas charcas se conserva para la liberación y la otra para la reproducción durante todo el año”, comunicó.

Además de los encargados del manejo de los espacios de recuperación del sapo concho, intérpretes y voluntarios visitan la zona para examinar las condiciones internas y externas del hábitat previo a los trabajos de liberación.

“Para este proceso, tenemos que cerciorarnos de que la integridad de las charcas esté en buenas condiciones. No queremos que haya fuga de agua en las charcas. Esto entra en lo que sería en el manejo de la especie porque si el nivel del agua está bajo, el nivel de las temperaturas se afecta”, expuso.

La preparación del hábitat incluye el monitoreo de especies que representen una amenaza para los renacuajos, lo que requiere la remoción de cualquier depredador identificado. Entre estos predadores, se encuentran varios anfibios nativos de Puerto Rico, como los coquíes y las ranitas de labio blanco.

“Algunas de estas charcas mantienen agua durante todo el año y, debido a su escaso movimiento, favorecen la proliferación de algas. Por este motivo, en la mayoría de los casos, es necesario vaciar las charcas para los propósitos de liberación y, posteriormente, acondicionar el agua”, añadió Olivares.

Al mismo tiempo, Ricardo Rodríguez, coordinador de manejo para la región norte de PLN, afirmó que todas las acciones de la organización se realizan bajo un proceso revisado que incluye la evaluación de las condiciones del agua, las temperaturas ambientales y el estado físico de los espacios. “Para proteger a una especie como esta, tenemos que pensar en el hábitat, para que pueda reproducirse. Este aspecto cobra mucho más valor”, explicó.

Incluso, declaró que se han realizado esfuerzos de reforestación con especies de árboles que también están en peligro de extinción para el mejoramiento del hábitat.

Una vez los renacuajos llegan a las charcas, el equipo de PLN revisa los estanques cada tres días para monitorear diferentes niveles en el agua. “Los procesos de metamorfosis de los renacuajos son bien delicados y regidos por las temperaturas y el pH, la salinidad y el oxígeno disuelto. Cosas tan pequeñas como niveles de oxígeno bajos en la charca hacen que los procesos de metamorfosis del sapo concho, que por lo general duran 28 días, sean acelerados o retrasados”, abundó Rodríguez.

Una esperanza

En julio de 2024, se otorgó una subvención a Fort Worth Zoo, en Texas, para establecer un centro de cría de PRCT en Puerto Rico.

Barber informó que la institución permitirá impulsar iniciativas científicas y educativas enfocadas en la preservación del sapo concho, además de promover la colaboración entre expertos locales e internacionales para garantizar la continuidad de la especie.

No obstante, hizo un llamado a respaldar la recaudación de fondos que realiza la PRCTC a través de la plataforma GoFundMe, con el objetivo de reunir $28 mil para apoyar el desarrollo de la instalación, que ubicará en la Reserva Natural Mata de Plátano, en Arecibo.

“Será un centro de investigación y conservación, lo que nos permitirá acelerar el progreso hacia la salvación del sapo concho puertorriqueño. Si bien hemos tenido una subvención para la construcción inicial, se necesita financiamiento adicional para personal, equipo y costos operativos durante los próximos diez años”, abundó.

Llamado a la acción

En esa misma línea, Barber, quien ha trabajado con el sapo concho desde hace 25 años, pidió a los puertorriqueños que se involucren en la protección y conservación de esta especie y su hábitat.

“La posible desaparición del sapo concho debería recordarnos que todo está conectado, y que la pérdida gradual y continua de especies nativas únicas que hacen a Puerto Rico especial es irremplazable”, manifestó la estadounidense. “Esta especie es probablemente la más antigua de los anfibios de Puerto Rico que aún vive hoy en día y, sorprendentemente, ha permanecido desconocida para la mayoría de los puertorriqueños. Sus cantos de apareamiento resonaban mucho antes de que los taínos habitaran la isla para escucharlos”, sostuvo.

La experta dio como ejemplo varias acciones concretas que pueden tomarse, como la protección de los ecosistemas, especialmente en áreas cársicas, y la eliminación del uso de pesticidas para evitar la contaminación del agua y el suelo.

Por otra parte, Rodríguez propuso establecer fondos específicos para adquirir terrenos cercanos a áreas históricamente habitadas por el sapo concho. “Como ciudadanos tenemos la responsabilidad de conocer nuestro archipiélago y luego ver cuál es el próximo paso para protegerlo a través de acciones como la conservación de los hábitats, identificación de zonas de amortiguamiento y zonas críticas que puedan servir como corredores de conexión de la existencia de la especie”, opinó.

El equipo de PLN hizo un llamado a la ciudadanía para sumarse a las actividades creadas por las entidades que trabajan en los esfuerzos de recuperación del sapo concho, subrayando que “la participación activa es clave para asegurar la preservación de esta emblemática especie puertorriqueña”.

Al momento, el ente cuenta con programas de voluntariado enfocados en la recuperación del anfibio en diversas zonas protegidas. De acuerdo con José Nevarez, coordinador de interpretación en la región norte de PLN y colaborador de programación de actividades en el proyecto de recuperación, en los últimos 12 años han participado más de 2,000 voluntarios en estas actividades.

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