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Toliamor, una nueva tendencia entre parejas

En las últimas décadas, las formas tradicionales de amor y pareja han evolucionado para adaptarse a las necesidades y a los deseos de la sociedad actual

Se dice que el cambio es la única constante, y las relaciones no son la excepción.

En 2024, Dan Savage, un reconocido columnista y creador de podcast norteamericano que aborda temas de sexo, sexualidad y relaciones, creó el concepto de “toliamor” (tolyamory). No, no se trata de un error de dedo, sino de una tendencia más de las relaciones de pareja.

El término “toliamor” combina las palabras “tolerar” y “amor”, y se refiere a una dinámica en la que una o ambas partes de una pareja aceptan que la otra parte tenga relaciones sexuales o románticas fuera de la relación. Y lo aceptan en silencio y sin discusiones.

Es decir, no se aborda el tema, por lo que se entiende que hay un acuerdo implícito y aceptan esa realidad.

En el episodio de su podcast que abordó el toliamor, el comentarista aseguró que las sociedades muestran una mayor apertura hacia dinámicas que desafían la estructura monógama tradicional. Asimismo, dijo que este cambio se debe, en gran medida, a la creciente aceptación de diversas formas de amar y relacionarse, las cuales buscan adecuarse a las necesidades individuales y colectivas de las personas.

En la práctica, Dan Savage explicó que el toliamor podría describirse como la situación en la que una persona decide “mirar hacia otro lado” o “hacerse de la vista gorda” ante una aventura ocasional de su pareja, optando por enfocarse en cómo su pareja sigue demostrando compromiso y amor dentro de la relación.

“La persona es capaz de centrarse en todas las formas en que su cónyuge demuestra su compromiso y su amor, y esas formas compensan o hacen que el engaño que pueda estar ocurriendo sea tolerable. Estas personas no son tontas ni incautas, y no hay que tenerles lástima. Hace mucho tiempo que hicieron las paces con la situación, y están dispuestas a tolerarlo. Son, en una palabra, toliamorosos”, precisó.

El creador de podcast también aseveró que la monogamia puede no ser una opción válida para todo el mundo “a pesar de ser la relación por excelencia, aceptada socialmente como natural y normal”.

El hecho de que el término toliamor esté empezando a resonar más en el discurso público y en medios de todo el mundo indica que las relaciones están cambiando. Y no solo eso, sino que cada vez más personas están buscando maneras de adaptar sus relaciones a sus realidades y deseos personales, a pesar de que eso implique hacer concesiones o mantener ciertos aspectos en silencio.

Para profundizar sobre el concepto, charlamos con una coach y terapeuta de relaciones afectivas.

Tres preguntas a... Julie Harris, coach y terapeuta de relaciones afectivas

¿Hay alguna moraleja en el concepto del toliamor?

—Al explorar las relaciones de compañerismo y el toliamor, está claro que las conexiones humanas son mucho más diversas de lo que sugiere la sabiduría convencional. Estas estructuras de relación desafían nuestras suposiciones sobre la intimidad, el compromiso y la necesidad de pasión romántica o exclusividad sexual en las relaciones de pareja.

Una relación toliamorosa, y existen, puede parecer poco convencional y controvertida para algunos. Sin embargo, representa una realidad que muchas parejas enfrentan, a menudo sin un nombre para ese tipo de relación. Y los vínculos duraderos no siempre encajan del todo en las expectativas sociales de cómo debería ser una relación “válida”.

Las relaciones de compañía desafían nuestras suposiciones sobre la necesidad de la pasión romántica o la intimidad sexual en las relaciones comprometidas. El toliamor ofrece una visión de las complejas, a menudo tácitas, negociaciones que las parejas hacen para equilibrar la libertad personal con una relación comprometida.

¿Entonces la conversación debe girar en torno al tipo de relación que deseamos?

—Las diferentes estructuras de relación, junto con el espectro más amplio de la no monogamia ética o no –es decir, acordada o no–, subrayan la importancia de un diseño consciente en nuestras conexiones íntimas. Ya sea que elijamos la monogamia tradicional o nos adentremos en territorios menos convencionales, la clave está en la comunicación abierta, el respeto mutuo y la voluntad de co-crear relaciones que reflejen nuestras necesidades y deseos.

A medida que la sociedad evoluciona, también lo hacen nuestros conceptos de amor, intimidad y pareja. La aparición de términos como toliamor –y otros que han venido antes– aunado al renovado interés en las relaciones de compañerismo sugieren que estamos buscando activamente formas nuevas y más matizadas de conectarnos entre nosotros.

En última instancia, esta exploración nos invita a cuestionar nuestras suposiciones sobre las relaciones y a considerar que podría haber más de un camino válido hacia la realización y la felicidad en nuestras vidas íntimas.

¿Qué podemos esperar a futuro sobre la evolución de las relaciones?

—Las relaciones están cambiando, al igual que nuestras percepciones de la intimidad y el compromiso. Nos estamos alejando de una configuración predeterminada hacia una comprensión más matizada que reconoce la complejidad de las conexiones humanas. La no monogamia ética, con su énfasis en la comunicación abierta y el consentimiento, contrasta con los acuerdos tácitos del toliamor. Ambas opciones están desafiando nuestras nociones tradicionales de lo que constituye una relación “real”.

Es probable que este cambio se extienda a varias estructuras sociales. Por ejemplo, a medida que más personas adopten modelos no tradicionales, podríamos ver un declive en los matrimonios convencionales o una reimaginación de lo que significa el matrimonio. Tal vez veamos un aumento de contratos o acuerdos que acomoden diversas formas de no monogamia, o el reconocimiento legal de múltiples parejas.

O podríamos ver un aumento de las familias elegidas, donde las parejas de todo el espectro de la no monogamia, amigos e incluso metamores –las otras parejas de tu pareja– se unen para crear unidades de apoyo. Esto podría llevar a acuerdos de cuidado más diversos y flexibles para niños y ancianos.

De cara al futuro, es probable que veamos una diversidad aún mayor en las estructuras de las relaciones. A medida que la sociedad se vuelva más tolerante con la intimidad no tradicional, las personas pueden sentirse más capacitadas para diseñar conscientemente relaciones que realmente se ajusten a sus necesidades y deseos. Sin embargo, estos cambios no ocurrirán de la noche a la mañana ni serán aceptados universalmente. El futuro de las relaciones no consiste en reemplazar los modelos tradicionales, sino en ampliar nuestras opciones.

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